CINE DE MAÑANA
Cuando los buenos amigos de Cinépolis nos invitaron a la premier de la cinta surcoreana Parásitos de Bong Joon Ho, pensamos que se trataría de un filme de monstruos al estilo de El huésped del mismo realizador.
Para nuestra sorpresa la historia del propio Bong es bastante original.
La familia de Kang Ho Song (Kim Ki taek) se encuentra desempleada, sufriendo los estragos del neoliberalismo y sobreviviendo armando cajas de pizzas y sufriendo fumigaciones gratuitas.
Un amigo que parte al extranjero, decide encargarle a Kang su alumna rica de clases de inglés, para lo que su hermana le falsifica su certificado de estudios.
De inmediato ve la posibilidad de que su hermana le dé clases de arte al pequeño hijo traumado.
Ya juntos, comienzan a intrigar para que el chofer y la ama de llaves de la familia sean despedidos, y sus padres Park (Sun kyun Lee) y Moon (Jeong eun Lee) ocupen sus lugares.
Todo parece marchar sobre ruedas para la familia, que parece que saldrá de sus problemas económicos de una vez por todas, y hasta fantasean que Kang se case con su alumna, y todos vivan en la mansión.
Pero la cosa empieza a complicarse cuando el ama de llaves regresa: ha mantenido escondido en el sótano a su esposo durante los últimos cuatro años, para evitar que lo maten sus acreedores y se niega a irse.
El director del expreso del miedo muestra las diferencias de clase en toda su desnudez, saltando de tono, del humor negro, al terror sanguinolento con maestría.
Gisaengchung resulta pues una grata sorpresa que mantendrá el interés de los espectadores durante sus 132 minutos.