PEDAZOS DE VIDA
Para todos los amigos que nos critican el texto de cada ocho días

I
Las piernas parecían andamios mal colocados, a cada paso que daba surgía la sensación que se quebrarían… Una vez más, después de la jornada sexual, su deste colgaba como moco de guajolote libre dentro del bóxer, sus ojos reflejaban el cansancio y los bostezos las ganas de llegar a casa para poder dormir, sin embargo aún quedaba un trecho por caminar. Él, como muchos otros, no iba a poder quedarse a dormir en el lecho donde minutos antes había saciado su deseo.
II
Todo iba muy bien: los besos, las caricias, los obsequios, los detalles, el cortejo…
El problema fue cuando pasaron al siguiente plano, el caballo causó gran interés en la cierva. Lo había tocado y se veía que, crecido, lograría muy buenos momentos, deliciosos resultados, (ese tipo de orgasmos que presumen las que se meten grandes), pero escrito estaba, lo más complicado es la cierva con caballo. Ahí fue cuando el dolor acabó con todo, el caballo se metió a la cueva y vino la decepción, el orgasmo deseado se convirtió en dolor y en un “nos vemos luego”.

III
La liebre no había llegado a recorrer ni siquiera la mitad, pero brincaba y brincaba con tal de llegar, la elefanta fingía un canto de placer. La elefanta quería a su liebre, chiquito pero romántico y “el liebre” quería a su elefanta, él tenía orgasmo, ella no… algún día cuando las cosas fueran mal seguramente buscaría un caballo, en tanto a diferencia de un caballo incomprendido y caliente, la elefanta aguardaba y se llenaba con el detalle del romance.

IV
Ella había hablado tan bien de él, que la otra decidió comprobar el rendimiento de la nueva adquisición de ella. Así se perdió una amistad, él se enamoró de la segunda dejando a la primera que estaba enamorada de él, y la segunda se deshizo de él porqué ella se había enamorado sólo de lo que la otra le había contado, lo que funciona para una no siempre funciona para otra pero la codicia humana no tiene límites.