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ALFIL NEGRO

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ÁNGELES DE LA GUARDA
 

Cada estado, cada pueblo,
Cada colonia y ciudad
tienen un loco que alumbra
con sus sueños y visiones
la oscuridad de las calles
Y ve cosas que nadie,
por tener el juicio sano
puede ni podrá mirar.
 
Pachuca tiene sus locos,
Aquel que en calle Guerrero
tocaba una fea guitarra
Y cantaba, o eso decía,
Y que cuando se marchó,
nos dejó un vacío tan grande,
que ahora que pasa el tiempo
de vez en cuando lo vemos
con esa vieja guitarra
Y esa voz lastimera
que nos hacía menos solos
porque estaba en nuestra calle,
Con su guitarra sin cuerdas
Y con una voz de llanto
que sonaba a letanía
rogando por su Pachuca
Por esta ciudad del viento
que una tarde de fantasmas
se lo llevó y no volvió.
 
En mi pueblo vivió un loco
Le gritábamos “Tono”,
Vivía sólo con su Madre
Y caminaban muy noche
Por nuestras calles de piedra,
Y cuando murió su Madre
El Tono duró muy poco
Y con ella se marchó.
Y con él nuestras leyendas
Los cuentos de nuestras madres,
Los buñuelos de diciembre,
La imagen del viejo tío
Militar con Pancho Villa,
“El gorras” por su uniforme
De sus tiempos militares,
Que un verano dejó el pueblo,
Y se fue con paso firme
En un desfile sin fin.
 
Yo pienso que nuestros locos,
Los locos de nuestros pueblos,
Son los Ángeles guardianes
De familias y de niños,
Ángeles  de luz y fuego
Que vigilan desde arriba
Por La Paz de nuestras casas,
Los que combaten  la noche
Para que brille la luna,
Para que se oigan sonrisas,
Ángeles incandescentes,
Todo fuego, todo espada,
Puestos por Dios en los pueblos,
Para defender sus calles,
Jinetes de bestias mitos,
Combatientes de la noche,
Que mientras todos dormimos,
Con su mirada de fuego
Impiden que por las calles
Puedan entrar los demonios
Del mal que acecha las casas,
Y con su espada de fuego
Santifican nuestras plazas
Y bendicen nuestros parques,
Y cuidan a nuestros niños.
 
Son ángeles de la guarda
Disfrazados de mendigos,
Que caminan por  las calles,
Hablando siempre a la luna,
Que un día cualquiera se marchan
Cumplida ya su tarea,
Y en el pueblo o la colonia
Sólo saben que se fueron,
Que ya  no están donde siempre,
Que no suena su guitarra,
Que ya no están en sus calles
Donde siempre caminaban,
Y es que cumplido el encargo
Tienen ya nuevas tareas,
En nuevas plazas y calles.
 
Ángeles que en su locura
Ven más allá de cometas
Y más profundo que un lago,
Guardianes  de nuestros pueblos,
Los ángeles de la guarda
Que el creador le da a las gentes,
Disfrazados de locura
Sin nombre y sin apellido,
Que nunca les hizo falta,
Y que merecen sin duda
En cada entrada de Pueblos,
De ciudades y colonias,
Una escultura de bronce
Con una placa que diga,
Cómo te extrañamos loco
Tú que hablas con el creador,
Ruega que nos dé locura
Para hacer de este camino
Horas de luz y de estrellas,
Y a lo mejor si  lucimos
Tendremos en nuestra plaza
Una escultura de bronce,
Con un letrero que diga:
Vivió loco y murió loco
Y fue nuestro ángel guardián .
 
Y como dijo Jesús:
“Aquel que afirme seguro
Que nunca hizo locuras,
Que lance sobre mis ojos
Unas piedras de desprecio.
Pero va a ser muy difícil
Porque todos en la vida
Hemos sido aunque sea poco,
Un loco más del camino,
Cara pintada de rojo,
Con una nariz de bola
Y un corazón de sandía.