POR EL GATO SECO.
SE ECHÓ AL PLATO A SUS ABUELOS
Se le botó la canica y en un arranque de locura asesinó a sus abuelos maternos a machetazos. Ya le habían caído gordos, además los tenía apuntados en su lista negra porque cuando era chico se lo sonaban. Los vecinos al darse cuenta de lo que pasaba se jugaron el cuero al agarrarlo, a uno de ellos le tiró un machetazo que si no se agacha, le pasa lo que al hombre sin cabeza; a otro que trató de agarrarlo le soltó el machetazo, se hizo a un lado, con lo que terminó rasurándole las nalgas.
Por un pelito de rana lo desmadran cuando lo acorralaron y le quitaron el machete, con el que había matado a sus abuelos. Le dieron una golpiza hasta que lo dejaron quieto, quitándole lo loco; se llama Venancio Villegas Hernández, padece de sus facultades mentales y fue salvado por la gendarmería.
Los hechos sucedieron a las 7 de la noche de la semana pasada en el barrio de Cahama, que pertenece a la comunidad de Zohala, del municipio de Huejutla de los Reyes Hidalgo. Concepción Hernández Hernández, mamá del imputado asesino, al ver que había despedazado a sus padres, no lo podía creer, se le doblaron las patas y dio el mulazo. El comandante de policía le dio a oler cebolla, para que volviera en si.
No dejaba de llorar, parecía disco rayado diciéndoles a los gendarmes “Dejé encerrado a mi hijo mientras iba a una reunión en el pueblo, se escapó de la casa y mató a mis padres. Es un condenado, pero no sé qué va a pasar porque le falla el coco”. El delegado de seguridad estatal, encabezó el operativo de rescate para sacar al loco de entre la gente.
Uno de los policías dio el informe al Ministerio Público por escrito, el cual decía: “Venancio Villegas de 38 años de edad, es el responsable de asesinar a sus abuelos, José Andrés Salazar y María Julia Hernández, de 80 y 75 años de edad respectivamente, a machetazos. Según se sabe, la persona padece de sus facultades mentales, se escapó de su casa donde estaba encerrado y fue a la casa de sus abuelos a darles chicharrón”.
Ya había ido en otras ocasiones con la misma intención, pero los había salvado la campana, ya que llegaba a tiempo su jefa, se lo llevaba a su casa dándole de palos y lo encerraba. Se notaba que odiaba con toda su alma a los abuelos. Su madre cada que salía lo metía a un cuarto y cerraba su casa como la puerta negra, pero esta vez, Venancio estaba que se lo llevaba el tren porque no podía escapar de su encierro, parecía un cuarto de seguridad.
A pesar de su locura, pensaba hacer un túnel como lo hizo “El Chapo” para escapar, pero como no tenía los planos con un pico hizo un boquete, agarró un machete y salió a buscar a sus abuelos para matarlos, ya que él se acordaba que cuando era un niño, por cualquier cosa lo madreaban.
Llegó corriendo y los agarró descuidados, se les fue a machetazos no dándoles tiempo de montar en su caballo, los gritos se escuchaban a varios kilómetros de distancia, y llegaron algunos vecinos que al ver lo que estaba armado no le entraron al toro y esperaron que llegara algún valiente.
José Andrés Salazar, según dijeron algunos de los vecinos, alcanzó a llegar al patio de su casa, donde cayó al suelo aún con vida. Fue encontrado por sus familiares y vecinos quienes le echaron la mano, pero poco después se fue al valle de las calacas.
La mujer no salió de su recámara, quedó muerta al instante. Los agentes investigadores a bordo de una patrulla aseguraron al culpable del doble homicidio y buscaron el arma, la cual había escondido, y les dijo que él no fue, que fue Tete. Llegaron todos los del barrio y al conocer lo que había pasado agarraron al loco y le dieron de madrazos hasta por debajo de la lengua, querían matarlo pero llegó su salvación, un grupo de uniformados, los cuales no dejaron de apuntarle por las moscas.
Poco después se lo llevaron, sacándolo de entre la bola de gente que lo quería linchar. Se dieron de madrazos entre policías y vecinos, parecían fanáticos de los equipos de fútbol. Poco después llego el Ministerio Público acompañado de toda su gente, dio el banderazo para levantar los cuerpos y se los llevara el médico legista.
El asesino fue presentado ante la Procuraduría General de Justicia, pero dijo el representante social que lo amarran de las manos y de las patas, y se lo llevaron a un calabozo de seguridad.
DETIENEN A UN SACERDOTE EN MIXQUIAHUALA
Por un pelito de rana se arma un desmadre entre la gente católica contra los uniformados y agentes de la coordinación de Investigación del municipio de Mixquiahuala. Se juntó afuera de la iglesia y vieron que sacaron a madrazos al padrecito, y lo querían meter a huevo a una patrulla.
La gente quiso intervenir y fueron golpeados a macanazos, habló un comandante de los agentes investigadores quien les dijo que no se metieran en este asunto; que se llevaban al sacerdote Alfredo Campos Sansen porque tenía una orden de aprehensión en su contra, por una denuncia de la Comisión del Delito por violación a una mujer.
Hubo momentos de confusión dudando el proceder de un ministro de Dios, que le hubiera dado para sus tunas a la fuerza a una mujer que estaba rezando en la iglesia como lo hacía todos los días, nunca supo que el cura tenía malas mañas. Pero vamos a ver lo que pasó, porque es muy raro que a un sacerdote se lo lleven al bote. Por ahí la gente murmuraba que era el hermano del padre Amaro.
La captura del sacerdote se llevó a cabo la tarde del miércoles 13 del presente mes, confirmaron las autoridades locales que tuvieron conocimiento del hecho que tomó como sorpresa a los habitantes de la cabecera municipal, ya que los policías nunca entran a una iglesia, porque son hijos del diablo. De momento comenzaron a sonar las campanas para que se juntara la gente y no dejar que se llevaran al padrecito, diciendo que los gendarmes estaban equivocados, que a lo mejor el que atacó a la mujer fue el sacristán.
La gente se puso al frente de las patrullas para que no se lo llevaran. De momento se presentó el presidente municipal del poblado, Isidoro Monroy, dialogó con los inconformes para que los agentes policiacos cumplieran con su trabajo, que nadie se escapa de violar la ley; uno de los acolito les dijo que no violó la ley si no a una señora.
La gente no intervino violentamente, sólo dialogaron, les dijo el alcalde que el abogado del ayuntamiento se haría cargo de defender al señor cura. La gente estaba extrañada de lo que había ocurrido, no creían lo que escuchaban, que el padrecito se haya calentado. Algunas personas dijeron que no dejaran que se lo llevaran, y se desquitaron corriendo a mentadas de madre a los reporteros de los medios que estaban sacando sus notas.
Los representas eclesiásticos de la Diócesis de Tula llegaron al municipio a ver que Pez, donde fijaron su postura en torno del caso, dijeron “Que sea la justicia divina que se encargue de juzgar al párroco, en caso de que haya hecho algo malo y no la ley de los hombres”.
Al respecto, el comunicado oficial del obispo de Tula dirigido a la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, señala “que no se puede buscar privilegios para los sacerdotes, en el supuesto caso que cometan algún delito, la disciplina de la iglesia es de cero tolerancia. Pidió a los fieles una oración para que El señor le ayude a poner su camino a prueba, que pudiera probar su inocencia y que la comunidad permaneciera unida en la fe y en la esperanza y el amor”.
“No perder la calma, ni hacer cosas buenas que parezcan malas, porque en lugar de ayudar a que esta situación se resuelva conforme a la justicia, puede ocasionar malos entendidos y rencores que no nos lleven a ningún lado, ni a la solución de los problemas. La violencia produce más violencia”. “El señor Jesús nos invita a perdonar y orar incluso a nuestros enemigos”.
LE DAN EN LA MADRE A UN LADRÓN
Varios vecinos del pueblo le dieron de madrazos y lo amenazaron que lo iban a quemar en la plaza pública. Trató de defenderse y lo calmaron echándole bola, eso sucedió en la comunidad de Boxtha del municipio de Actopan Hidalgo.
Era la media noche del lunes pasado cuando escucharon los dueños de una vivienda, que alguien se había metido en su casa, prendieron la luz y encontraron a Mariano Gómez Aguilar de 23 años, vecino de Actopan. Los habitantes del pueblo dieron la alarma, salieron armados con palos, tubos y piedras, le dijeron que lo iban a linchar por cacomiztle y lo llevaban a punta de patadas a la plaza mayor.
Llegaron los gendarmes, se metieron entre la bola de gente que trataba al menos de darle un jalón de greñas. Hubo una fuerte discusión entre civiles y uniformados, que terminaron por apedrear la camioneta patrulla, pero le salvaron la vida a un cacomiztle. Llegando a la barandilla lo metieron a las mazmorras. El ladrón se golpeo dándose de topes, dejándose caer de cola y golpeando la pared. Al ver los Tecolotes cómo estaba de sangrado, quedaron asombrados, porque ellos lo metieron bien.
Les echaban la culpa a los demás detenidos, que ellos lo habían golpeado. Les dijeron que de momento se le metió el diablo y él solito se dio en la madre. Para ya no hacérselas de Pez, se lo llevaron al Hospital Regional para que lo atendieran, quedó internado y se quiso escapar sin darse cuenta que estaba vigilado, se lo llevaron a la barandilla. Pero vamos a saber lo que pasó para que no le digan ni le cuenten, porque a lo mejor le mienten.
De acuerdo con el informe de los Cuicos de la municipal, dijeron que Mariano Gómez Aguilar se metió a la vivienda de Pascuala Gómez Santiago. Las personas que estaban durmiendo se dieron cuenta y pidieron ayuda a los vecinos de la comunidad agarrándolo para despellejarlo vivo.
Como en todas partes del planeta, ya están hasta el gorro de tanto ladrón, decidieron darle de una vez matarile, cortar de cuajo a la delincuencia y matarlo en la plaza del pueblo. Lo golpearon, hirieron, amenazaron, y por el escándalo despertaron a los policías, que llegaron a salvarlo. Lograron sacarlo de las llamas, desarmaron a los pobladores y se lo llevaron ante el Ministerio Público, luego lo regresaron a la barandilla. Como estaba como loco, lo tuvieron que llevar a Pachuca para que los gendarmes del lugar lo acabaran de madrear en la mazmorra, a ellos les encanta golpear a los que son delincuentes y también a los que no lo son.
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