Toda una vida de violencia y extorsión
• La Corte Penal Internacional condenó a 30 años de cárcel por crímenes de guerra al ex rebelde Bosco Ntaganda
Es conocido como “Terminator”, tras una vida de violencia y extorsión en la República Democrática del Congo (RDC).
EFE.- Sobre Ntaganda, un tutsi nacido en Ruanda y nacionalizado congoleño, pesaban acusaciones de permitir violaciones a menores de edad, reclutar a niños soldados y masacrar a la población civil en la provincia de Ituri.
Sin embargo, en los alegatos finales del juicio en La Haya (Holanda) en julio pasado se mantuvo firme en su decisión de declararse inocente de todos los cargos: “Soy revolucionario, no un criminal”.
Ntaganda compareció ayer ante el tribunal con una corbata roja y una chaqueta azul, se levantó para escuchar la sentencia, la más alta emitida hasta ahora por la CPI, pero no hizo ningún gesto ni comentario cuando la escuchó.
Nacido en 1973 en la pequeña ciudad ruandesa de Kiningi, a los pies de la cordillera Virunga, famosa por sus gorilas, Ntaganda se desplazó a la vecina RDC muy joven y cursó allí la escuela secundaria, aunque no la terminó.
En 1990, el futuro rebelde se unió a los 17 años al Frente Patriótico de Ruanda (FPR), grupo liderado por Paul Kagame, actual jefe de Estado ruandés, que puso fin al genocidio perpetrado en 1994 en ese país por la mayoría hutu contra la minoría tutsi.