ALFIL NEGRO

COMPARECENCIAS, PAREDÓN DE FUSILAMIENTO
    •    Con un protagonismo absurdo, los diputados alados han convertido las comparecencias en campo ideal para usar como armas todo  el resentimiento que les inyecta su patrón


 
Las críticas o cuestionamientos a quienes tienen un encargo público en cualquiera de los tres poderes  y dependencias, se hacen en razón de su cumplimiento a las obligaciones que son inherentes a su cargo y verse como un ejercicio agresivo por razón de ser mujer es evadir la responsabilidad y salirse por la tangente. En la responsabilidad pública la moneda que vale son los resultados en cargos a los que se supone llega gente capaz, sean hombres o mujeres y por lo mismo con la obligación de dar buenas cuentas .
COMPARECENCIAS
Las comparecencias de funcionarios del gobierno estatal para la glosa del Tercer Informe del gobernador Fayad, se han convertido , sobre todo por la actitud de los diputados del Grupo Universidad , en especial para funcionarios bien elegidos, en un paredón de fusilamiento ,en que más en actitud de inquisidores que de representantes populares, que privilegien la política de la transparencia y rendición de cuentas, se esfuerzan por tratar de exhibirlos, sobre todo en el manejo del dinero y del poder, con actitudes de perdona vidas en que si el funcionario en cuestión no responde como ellos quieren y en que se les dé la razón, se enojan, o Baptista que califica las comparecencias como se le antoja y al final no se logra el propósito del evento, que se supone es la ampliación del informe y dar respuesta a observaciones serias de los legisladores.
Con un protagonismo absurdo los diputados alados han convertido las comparecencias en campo ideal para usar como armas todo  el resentimiento que les inyecta su patrón y cuando las cosas no les salen, revientan la sesión, abandonando el recinto y se acaba el quórum .
Le han hecho un papelón a Simón Vargas con el que tienen cuentas pendientes porque los ha exhibido como abusivos y su última gracia fue la forma como trataron al Secretario de Cultura Olaf Hernández, en que su preocupación mayor no fue la cultura sino sus urgencias  de supuestos que parecieron tener pobres pruebas.
Lo preocupante es lo que siguió a la comparecencia, pues ya hablan hasta de violencia de género y de pedir destituciones por esos hechos, que vistos en el contexto en que se dieron, se pueden resumir  en una frase muy nuestra “les gusta hacer, pero no que les hagan”.
Finalmente, de seguir el caso, será la autoridad correspondiente quien resuelva esto.
Porque no es posible que tengan al Secretario de Salud durante siete horas y al final digan que no valió la pena, porque no lograron su objetivo de exhibirlo, porque el señor tuvo respuesta para todas sus flechas.
La impresión que queda es que los garzas lo que quisieran es que los funcionarios se pusieran a llorar y les pidieran perdón, abrumados por sus “sabias” preguntas, sobre todo de algunos, que le buscan con lupa para demostrar mal uso de los recursos y actos de deshonestidad para lucir como verdaderos cazadores de los malos.
No lo han logrado y aunque ellos pueden usar expresiones que rayan en la ofensa, no pasa nada, lo que sí sucede con ellos cuando consideran que hay expresiones agresivas.
En fin, son cosas que pasan cuando se logra un ladrillo para subirse en él y pensar que se es el centro del universo.
No se le ve caso a comparecencias como campo de caza, porque nadie gana, sobre todo los ciudadanos que ya se cansan de este juego del paredón para fusilamientos.

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