NO VAN A CAMBIAR
Dicen los que saben del tema, que la buena política es la que privilegia el bien común y hace de las diferencias, mediante el diálogo y el acuerdo, caminos de bien para las mayorías y esto supone que los protagonistas del acto político tengan altura de miras y el convencimiento de que por encima de las ganancias personales o de grupo está la ganancia de la ciudadanía.
No actuar así, parece que no es lo correcto.
Cuando se presentan escenarios donde es al revés, que un grupo o personaje hace todo lo que puede legal o ilegal, para mantenerse con el pedazo de poder que tiene, es cuando viene, se supone, la mala política que sacrifica el bien de todos por la bolsa de logros personales o de su grupito.
En estos días, estamos viviendo las comparecencia de los funcionarios del gabinete del gobernador Omar Fayad, para glosar el tercer Informe que ya en la práctica debía ser un espacio par aclara dudas y para escuchar sugerencias de buen gobierno, nacidas de observaciones y preocupaciones responsables.
Esa se supone que debieran ser las comparecencias, pero ya en la práctica están resultando lo que muchos temían, un tianguis y un circo donde los diputados, sobre todo los del grupo universidad, se han dado a la tarea de intentar cazar a los comparecientes, para exhibir al gobierno de Fayad, por el resentimiento fuerte de su patrón, que nunca le perdonará que no le haga caso o se deje mandar como pudo suceder en otras ocasiones.
La primera exhibición de fusileros fue con JOSÉ LUIS ROMO que les dio una repasada de campeonato.
El ahora ya fuera de la Presidencia de la Junta de Gobierno Ricardo Baptista de pobre memoria, pretendió brincarse los acuerdos nuevamente y dejarles el campo abierto a los enviados del patrón para que con preguntas elaboradas por su equipo de pensantes pudieran hacerle daño a Romo que ni se inmutaba ante todo el circo de los gladiadores alados.
Fue entonces cuando los diputados de la Junta de Gobierno del PRI, PAN, PES Y PT abandonaron la sesión para recordarle al que ya se fue, que hay reglas que se deben cumplir y que la ley es pareja y no para hacerse trajes a la medida. Sin quórum se tuvo que dar por terminada la sesión.
En el mero pico.
Ayer compareció SIMÓN VARGAS Secretario de Gobierno, al que en repetidas ocasiones el que se fue culpó de sus males y acusó de todo lo que se le ocurrió.
No era cuestión de dejar ir una ocasión como esta para lucirse como justiciero y para ello hasta cartulinas, estilo debate electoral, llevó para acusar y culpar a Simón.
Nada más que Vargas sabe y conoce de este negocio y para empezar lo mandó a estudiar la ley Orgánica para no hacer una revoltura en sus cuestionamientos y entender que cada Secretaría del Gobierno tiene un campo de acción y de responsabilidad.
Pero quería pelea el que ya no es.
Y entonces pido cuentas de los 750 millones que se adjudicaron 20 diputados y acusó de compra de diputados y cerco informativo.
Simón Vargas que ya no tuvo tiempo de contestar porque los del GU y demás diputados de Morena abandonaron la sala de sesiones, aclararía después que los diputados de Hidalgo son honorables y que nunca entrarían en ese escenario de compra venta como Baptista.
Porque después de sus preguntas- acusaciones, se fue Baptista y ya no escuchó las respuestas.
“Huyó”, dijo el Secretario de Gobierno y explicó que Baptista mejor se había salido del salón de sesiones, porque no había logrado la encomienda de quien le da órdenes, que era buscar la confrontación y porque sabía que lo que le iban a responder, eran verdades que lo exhibirían como mentiroso.
¿Qué ganamos los ciudadanos con este estilo de comparecencias?, se le preguntó a Simón Vargas y la respuesta debe motivar reflexión y actitud responsable : “Perdemos todos”.