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El vicario de la Catedral de San José dejará su encomienda

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Tula de Allende

  • El padre Miguel Ángel Ordóñez cumplió 10 años en esa responsabilidad; a partir del 16 de agosto, se va a Tepeji del Río; dirigirá la Parroquia de San Francisco de Asís

El padre Miguel Ángel Ordóñez, vicario de la Catedral de San José tras cumplir 10 años en el cargo eclesiástico, a partir del 16 de agosto dejará la encomienda para dirigir los destinos de la Parroquia de San Francisco de Asís en Tepeji del Río. Dará continuidad a los trabajos que llevaba a cabo el sacerdote Noé Valdez Velázquez.

 

“El padre Miguel Ángel”, como la grey católica lo ubica, aseguró que se va contento de haber logrado el cariño, confianza y amor de la gente de Tula y de sus alrededores, y con la tranquilidad de que deja bases sólidas con los agentes de pastoral, en los sacerdotes, religiosas y toda la gente involucrada en la evangelización que le tocará renovar la padre Germán Aureliano Llamas Coss y León. 

 

Dijo que el Papa Francisco ha insistido en que se debe de tener una mentalidad de éxodo, “Es decir de salida” y que en ese entendido les recuerda que son misioneros y que sólo van de paso y que necesitan salir a sembrar la alegría del evangelio.

 

Comentó que los movimientos que se están dando en la Diócesis de Tula obedecen a la renovación que está llevando a cabo el obispo Juan Pedro Juárez Meléndez quien cumple 10 años en el cargo y que al renovar varios de los objetivos, pretender darle un nuevo rostro al gobierno de la Diócesis a través del Vicario General y que en ese entendido le propuso que se fuera a Tepeji.

 

El párroco reconoció que el municipio de Tepeji necesita especial atención debido a algunas situaciones violentas que se han registrado en aquel lugar y que  han lastimado a la sociedad, de ahí que la iglesia contribuya a que la foranía se consolide y unifique para recomponer el tejido social.

 

Puntualizó que en mayo cuando cumplió 10 años  como Vicario General se propuso un cambio, pero que no imagino que Dios a través del Obispo ya le tenía destinada otra misión a los casi 30 años que está por cumplir de sacerdocio el próximo 29 de septiembre, “no quiero decir adiós, sino gracias, porque me siento mejor sacerdote, mejor cristiano y mejor persona que cuando llegue, esto se lo debo a la gente de Tula”.