Miradas

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RELATOS DE VIDA

Incomodidad y persecución, eran los sentimientos que percibía desde la mañana que salió de su casa rumbo al trabajo; las miradas fueron constantes y la duda de saber la razón, carcomía su tranquilidad.
Trató de encontrar la causa de ser el punto de observación de las personas con las que se cruzaba por la calle, en la tienda y con las que tenía contacto en el transporte, y de sus propios compañeros de oficina.
Primero se tocó el cabello pensando que tenía algún grumo de gel o traía pegado algo; después observó su camisa, probablemente estaba desabotonada y dejaba entrever los pocos vellos en el pecho que le causaban pena.
Luego revisó la bragueta, tal vez se encontraba abajo y dejaba ver los calzones con figuras de corazones, o peor aún, si su miembro se asomaba entre la apertura de su ropa íntima que funcionaba para realizar con mayor facilidad sus necesidades fisiológicas.
Al percatarse que esa no era la razón, que todo se encontraba en su lugar y completamente sellado, recurrió a la entrepierna, posiblemente el pantalón estaba roto; pero tampoco era eso, así que recurrió a revisar sus calcetines, pues con las carreras pudo no percatarse de que el par estaba disparejo.
No encontraba la razón, así que buscaba esconderse y evitar el contacto con sus amigos y colegas, se concentró en la labor del día y hasta se hacía el sordo cuando lo llamaban para consultarle algún tema de la oficina.
Faltaban 10 minutos para la hora del desayuno, se levantó de la silla y se dirigió al baño para lavarse las manos y disfrutar de los alimentos, y al observar en el espejo por fin encontró la causa de las miradas…
Un cuerpo viscoso y verde salía a relucir de la punta de su nariz, el tremendo “moco” era el protagonista de la historia de incomodidad y persecución; tomó un pedazo de papel y se sonó sin piedad, hasta eliminar cualquier rastro de mucosidad.
Ligero y libre, caminó hasta la cafetería intercambiando sonrisas con los del lugar, ya no había objeto originario de repulsión, se sentía orgulloso, su cara estaba libre de residuos nasales y su tranquilidad había regresado.