Barcelona vive una oleada de turismofobia

Protestan contra los visitantes

    •    Consideran que turistas perjudican el desarrollo sostenible y la convivencia de la capital catalana 


El aumento del turismo suele ser interpretado como señal de bonanza; sin embargo, cuando el número de visitantes desborda expectativas, los turistas se convierten en presencia incómoda a los vecinos, tal como sucede en algunas de las ciudades más cotizadas.
En situaciones extremas, los turistas acaban provocando el rechazo de grupos radicales que se oponen a que los foráneos invadan los espacios urbanos.
Es lo que está sucediendo en Barcelona, la ciudad española con más visitantes, y donde se han registrado episodios de turismofobia por parte de organizaciones independentistas que protestan contra el turismo masivo que consideran perjudicial para la convivencia y el desarrollo sostenible de la capital catalana, además de contribuir a la precariedad laboral.
La última acción de Arrafan, colectivo de jóvenes catalanes independentistas, tuvo lugar en el emblemático edificio de La Pedrera de Barcelona. Los radicales colgaron de la fachada una pancarta con la leyenda: “El turismo mata la ciudad”.
En julio de 2018, integrantes de Arrafan llevaron a cabo asaltos relámpagos a autobuses turísticos en Barcelona y Valencia para encender botes de humo y exhibir pancartas contra la llegada masiva de visitantes a lo que denominan Países Catalanes.
“El turismo masivo genera un trabajo absolutamente precarizado, que en buena parte asumen las personas jóvenes y a menudo sin contrato, sin horarios fijos, y cobrando sueldos pésimos”, denuncian los inconformes para justificar sus acciones de propaganda, que incluyen también performances y actos de protesta ante grupos de turistas.

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