ALFIL NEGRO

¿POR QUÉ EL RENCOR DE SOSA
CONTRA OMAR?
 
    •    Luchar por una opción política no tiene ni debería tener nada de extraño… 

 

Los hechos y acciones del Grupo de Sosa, sean estos a través de  sus diputados o funcionarios de la UAEH, particularmente del siempre elegante rector, nos dicen que el patrón de ellos, tiene no sólo animadversión contra el Gobernador Omar Fayad sino un sentimiento que llega al rencor y que provoca hechos lamentables en busca de que fracase como gobernador y seguramente con ese argumento buscar llegar al Poder Ejecutivo, en la lucha que mantiene desde hace mucho tiempo por llegar al cuarto piso de Palacio de Gobierno.
Sin embargo, luchar por una opción política no tiene ni debería tener nada de extraño, pero llama la atención en este caso particular la relación que ha mantenido con los gobernadores y que casi siempre lo apoyaron en la medida que él servía o sirvió de catalizador con grupos sociales, ya fueran trabajadores de gobierno o estudiantes de la Universidad.
Si bien su relación con los gobernadores a partir de Jorge Rojo, fueron buenas, por la conveniencia de ambas partes, lo cierto es que aparte del dominio en la Universidad, todo dice que nunca hubo la idea convencida de impulsarlo para ser gobernador del estado, aspiración que mantuvo varias veces con la búsqueda de la candidatura; por lo menos en dos ocasiones del PRI, que no se la dieron.
Sagaz como es, actuaba en los últimos años en contra del que se suponía era su partido, incluso con partidos que se agenciaba, entre otras cosas por el enorme capital que tenía en sus manos.
Al final cuando vio la oportunidad de brincar a Morena renunció al partido tricolor y sin formarse en el nuevo partido, adquirió tal poder que se adueñó de más de 10 candidaturas entre locales y federales, lo que a lo mejor le convenció que ya era gobernador, sobre  todo  porque se adueñó del Congreso local con 10 diputados y siete morenos reales que durante mucho tiempo manejó a su antojo y con una falta de respeto insultante, por el modo de proceder de quien puso como Presidente de la Junta de Gobierno, que resultó un fracaso por sus modos soberbios de conducirse en que no buscó el acuerdo, sino el agandalle, convencido de una mayoría que perdieron con la separación de siete diputados morenos de verdad que salieron por dignidad del nido garza.
PERO… En todo esto, ¿por qué el rencor que llega a odio de Sosa contra Fayad?
Todo indica que Sosa vivió en el paraíso en el sexenio anterior a Fayad, porque se le consintió en todo, hasta el grado de que los diputados de entonces aprobaron el mandamiento de la UAEH en que se le escrituró la Universidad como una empresa más de su propiedad, por los poderes que se le dieron al Patronato Universitario con el que tiene a la casa de estudios a su merced, siendo él, el Presidente del organismo sin límite de tiempo.
Con Fayad pensó que iba a ser lo mismo y más que este Gobernador no tenía Congreso que lo apoyara ni estatal ni federal y Sosa sí.
Pensó que tenía más poder que el Gobernador y así actuó siempre moviéndole los hilos a sus títeres, de tal manera que engallado desde el inicio de su legislatura empezó por pedir juicio político contra el Gobernador y luego desaparición de poderes.
En ambas falló.
Porque Omar resultó mucho más gallo de lo que imaginaba y porque Fayad es político de grandes ligas que le fue cerrando los caminos de los caprichos, sobre todo con la jugada maestra de las buenas relaciones con el Presidente, que por cierto, vuelve a Hidalgo en lo que ya confirma una visita por mes al estado.
Gerardo por el contrario se alejó del Presidente, que por lo visto lo ignora pero no le quita el ojo de encima a través de Hacienda y se enemistó con medio mundo por las torpezas de Baptista.
La batalla la gana Fayad porque al final los hechos y logros que tiene, lo ubican como uno de los mejores gobernadores de México y a Sosa en la visión presidencial de cacique universitario.
Por eso parece que Sosa odia a Fayad, porque pensó que iba a mandar en el estado y se equivocó. Porque ve que Fayad es un Gobernador que triunfa pese al escenario harto difícil que enfrenta, no sólo contra el Grupo Universidad, sino contra priistas resentidos que le hacen la guerra sucia todos los días.
Pese a eso, las cuentas son buenas para Fayad y para Hidalgo.
Seguramente el odio no va a ceder por parte de Sosa, pero tiene que ver cómo sale del lío con Hacienda y cómo compone las cosas con su inútil servidor del Congreso, Ricardo Baptista.
Los signos dicen que Fayad le va ganando la batalla.
El odio y el rencor no bastan para vencer en estas guerras, si no se tiene lectura adecuada de las circunstancias.
Uno pierde y otro gana, y no es Sosa el que gana.

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