Crecimiento económico en México, la apuesta por la recesión de la oposición

NÚMERO CLAROS
    •    En el marco de la globalización de la economía, el crecimiento de una economía nacional no depende sólo de la política económica…  


El debate entre la oposición y el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) sobre el crecimiento de la economía va en aumento, y sus detractores se preparan para destruirlo con sus críticas. El punto toral de la discusión se producirá a finales de este mes cuando el Inegi dé a conocer los datos adelantados sobre el crecimiento, pero será en agosto cuando se conozcan los datos sobre el crecimiento del PIB durante el segundo trimestre, con lo cual se podrá saber si se han acumulado tres trimestres consecutivos de reducción en las tasas de crecimiento de la economía nacional y saber si el país está o no en recesión.
Sin embargo, en el marco de la globalización de la economía, el crecimiento de una economía nacional no depende sólo de la política económica que implemente uno u otro gobierno. Las políticas que asuman los gobiernos nacionales, como ha sido la política fiscal reciente del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, tienen externalidades que afectan a otros países como México; por lo que no se puede ver a la economía nacional aislada del contexto internacional y de la realidad que enfrenta hoy la economía mundial para crecer.
En realidad, al margen del pesimismo de los bancos y de los adversarios del presidente de México, los cuales apuestan por un crecimiento cero, y el optimismo del propio presidente por crecer en un dos por ciento en este año, el panorama de la economía mundial es sombrío y las recientes declaraciones del FMI lo confirman, pues este organismo internacional está consciente que las secuelas de la crisis de 2008 y el bajo crecimiento potencial siguen frenando la recuperación, donde los riesgos financieros y geopolíticos siguen nublando el panorama internacional, en el marco del cual la desaceleración del comercio frena el crecimiento global.
De aquí que esta semana, una vez más, el FMI ha revisado a la baja sus pronósticos de crecimiento global para 2019, dejándolo en 3.2. Pero sus proyecciones para el crecimiento del comercio internacional no son más afortunadas, pues han caído a un 2.5 por ciento solamente, una contracción sustancial respecto a la estimación previa del 3.4 por ciento.
El FMI en su comunicado ha señalado que está empezando a medir mejor los daños causados por la guerra comercial entre los Estados Unidos y China sobre el crecimiento mundial. De este modo, el FMI revisó a la baja su pronóstico de crecimiento global este martes pasado y lo dejó en 3.2% para este año y en 3.5% para 2020, una disminución de 0.1% en ambos casos.
Con un crecimiento global moderado y riesgos a la baja, dominando las perspectivas, la economía mundial se encuentra en una coyuntura delicada. Algo alentador es que, como en el informe anterior publicado en abril pasado, el FMI no prevé una recesión, sólo tiene la sensación de que los riesgos han aumentado; lo anterior, debido a las tensiones tecnológicas y comerciales, el temor de que el Reino Unido deje a la Unión Europea sin acuerdo y sin pagar la factura de su salida, una desaceleración en las manufacturas y una caída en la confianza empresarial.
El principal síntoma de todo estos, es la incertidumbre sobre el crecimiento del comercio mundial, del cual el FMI ve una desaceleración del 0.5% en el primer trimestre de 2019, su nivel más bajo desde 2012. Gran parte de este pesimismo del comercio mundial es debido al resurgimiento del proteccionismo comercial, al aumento de las barreras comerciales, sobre bienes que abarcan un valor de más de 340 mil millones de dólares sujetos a aranceles o restricciones, según la OMC; de aquí que el pronóstico de crecimiento para el comercio mundial haya caído de 3.4% a 2.5%, nivel muy alto si se considera que en 2017 el comercio creció un 5.5%.
El FMI ha señalado que espera que el crecimiento global recupere entre 2019 y 2020, pero existen riesgos significativos que lo amenazan, especialmente porque depende de la recuperación de los países cuyas economías están bajo estrés, tales como Argentina, Turquía, Brasil o Venezuela; por lo que el Organismo multilateral alienta a los estados a hacer todo lo posible para apoyar el crecimiento, instrumentando políticas monetarias flexibles y políticas fiscales adecuada, que estimulen el crecimiento.
Por esta razón, señalamos que no es un capricho del presidente AMLO insistir en impulsar el crecimiento económico a partir de la demanda interna y el dinero público; pero los efectos de la política económica elegida no dependen necesariamente del esfuerzo nacional para superar el crecimiento de la economía mexicana, la cual estima el FMI que crecerá en sólo 0.9% en este año y en 1.9% en 2020, pues las condiciones económicas del entorno internacional son adversar a México; sin embargo, hacer el mejor esfuerzo para que la economía mexicana pueda crecer, es mejor que desatar la especulación sobre su recesión.

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