PEDAZOS DE VIDA
Mientras en la cama, estos (los humanos), se dan calor dentro de la sucia habitación, en otro lado la tierra se mueve, los volcanes escupen y la deshidratación comienza. Ha llegado el momento, no hubo tiempo de que los animales avisaran sobre la tragedia cómo se veía en las películas que juraban “eran solo ficción”.
Creían que todo sería eterno, que cortar una flor, pavimentar la tierra, fumarse un cigarrillo, quemar pirotecnia, convertir su vida en el basurero que se tenía que limpiar a diario no tendría consecuencias, lo vieron así desde la lejanía que otorga el estúpido pensamiento de que había una tragedia en el futuro pero que por la edad no alcanzarían a ver, pero el cálculo falló, la gente se dio calor y de ese calor surgieron muchas más máquinas consumidoras y fabricantes de desgracia.
En eso habían convertido a la humanidad, en una máquina depredadora desde su inicio hasta su muerte, el objetivo era nacer, crecer, destruir, reproducirse, seguir destruyendo y morir para contribuir con el cadáver a la destrucción masiva. Tenía meses que el agua estaba contaminada, las reservas estaban escondidas en bóvedas en las que, como en las películas, solo los ricos tenían acceso.
En el intento de resguardarse, muchos animales habían muerto, no había lugar en la tierra donde un halo de aire fresco pudiera dar un poco de esperanza, los siglos de avances médicos se habían ido al carajo, entre bacterias, virus, fétidos olores, y un panorama que anunciaba la muerte por igual de los habitantes de la tierra, quizá habría quienes pudieran pagar para alargar su mísera existencia pero todo sería en vano.
Así es como lo imagino. Y mientras esto sucede, nosotros debemos estar pensando en si seguiremos dando oportunidades a estos que se calientan con todo, a estos que calientan el lugar que habitan, que queman su consciencia, que hacen que todo arda en distintas maneras, ustedes dirán si hacemos caso a sus oraciones o los ignoramos y dejamos que de una vez se consuman…