Los Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) procedieron ayer al apresamiento del petrolero de bandera rusa «Nika Spirit»
El arresto se produjo en el puerto ucraniano de Izmail, situado en la región de Odessa, en la desembocadura del río Danubio y en la confluencia de las fronteras ucraniana, rumana y de la autoproclamada república de Transnistria, que Moldavia reivindica como suya.
Se informó que el motivo del aprisionamiento se debe a que el «Nika Spirit» es el mismo barco que en noviembre pasado bloqueó el estrecho de Kerch, a la altura del puente que lleva el mismo nombre e inauguró el presidente Vladímir Putin, impidiendo que tres navíos de la Armada ucraniana, lanchas artilladas y el remolcador «Yani Kapu», pudieran navegar hacia el de Azov.
Entonces el petrolero ruso se llamaba «Neyma» y su actuación obligó a los barcos ucranianos a retroceder, desencadenando a continuación una dura acción armada de buques guardafronteras rusos, que abrieron fuego contra las embarcaciones ucranianas, las apresaron y arrestaron a sus 24 tripulantes. Todos ellos continúan en un centro de detención preventiva de Moscú.
El senador ruso y miembro de la comisión de política exterior del Consejo de la Federación, Vladímir Dzhabárov, dijo que era ilegal» y, a su juicio, «empeorará cualquier perspectiva encaminada a normalizar las relaciones entre Rusia y Ucrania».
Desde el Ministerio de Exteriores ruso advierten de posibles «consecuencias», si el petrolero y sus tripulantes no son liberados. La Cancillería rusa amenaza también con llevar el asunto al Tribunal Internacional del Derecho del Mar, dependiente de Naciones Unidas.
El actual presidente ucraniano, Volodímir Zelenski trata denodadamente desde hace semanas de llegar a un acuerdo con Moscú para la liberación de todas las personas detenidas por ambas partes desde la anexión de Crimea y el comienzo de la guerra en el este de Ucrania.
