En pleito con Irán
• Debe de decidir, antes de tratar de resolver el rompecabezas del Brexit, su situación con Irán
Boris Johnson tendrá que atender un urgente y sensible dossier que podría conducir a un conflicto armado con severas implicaciones para la economía mundial.
Irán y Reino Unido se encuentran enredados en un conflicto provocado por “actos de piratería marítima”, según denuncian ambos gobiernos.
El pasado 4 de julio, las fuerzas británicas capturaron en las aguas de Gibraltar el petrolero iraní Grace 1, sospechoso de transportar petróleo a Siria; dos semanas más tarde, la Guardia Revolucionaria respondió reteniendo en el estrecho de Ormuz el petrolero Stena Impero.
Johnson tiene dos alternativas para resolver este diferendo, una es la diplomática con acompañamiento de la Unión Europea (UE), y la otra es la confrontación. El líder tory tiene cierto margen para operar. Si bien el Stena Impero navega con bandera inglesa, entre su tripulación no hay británicos, de manera que Teherán no cuenta con elementos, como podrían ser imágenes visuales, que pueda utilizar para presionar a su interlocutor, como ocurrió en 2007 cuando 15 miembros de la Marina británica fueron detenidos en el golfo Pérsico por el régimen.
Sin embargo, lo menos que necesita Johnson, en un contexto de negociación con la UE en la que podrá sobre la mesa la posibilidad del Brexit duro el próximo 31 de octubre, es un escenario de conflicto en el golfo. De manera que lo más probable es que apueste por una salida diplomática, acompañada de una fuerza marítima de protección en la zona.