El propietario de este establecimiento, A. H. P., señaló que el conflicto se ha tornado personal y que el alcalde de Tulancingo únicamente cuida su imagen, a pesar de que han cumplido con lo requerido.

Dijo que en el plazo establecido por las autoridades, le fue solicitada documentación, que la misma dirección de Reglamentos tiene que emitir, lo cual consideró como una contradicción por la persona al frente de esta área, Viridiana Hernández.

“Me pedían la licencia de uso de suelo y el permiso comercial para poder trabajar, pero es ilógico que yo los tenga cuando ellos no me lo han dado; hay acuses firmados y sellados por ellos de que recibieron mis trámites, es decir, te pido algo que sé que no te voy a dar”, acusó.

Aseguró también que los permisos en cuestión se encuentran en juicio, y que existió una orden de un tribunal administrativo, la cual le permitía operar.

De lo anterior, destacó, fue notificado el municipio por medio de un actuario, incluso el propio gobierno local fue objeto de multas por parte de dicho tribunal.

Lamentó que la relación con el presidente municipal, Fernando Pérez Rodríguez, esté completamente cerrada, ya que lo único que le interesa al mandatario es evitar el escándalo y cuidar su imagen.

“Durante los días que yo trabajé, ningún vecino me manifestó molestia alguna; respeté horarios, respeté niveles de ruido e incluso puse a mi gente a estar pendientes de la vía pública, es decir, todo lo hice bien y aun así le buscan”, agregó.

Finalmente, lamentó que 30 familias que dependen del trabajo en este lugar, se queden sin el sustento debido a esta suspensión, y exhortó a las autoridades a regular otros bares donde constantemente hay peleas, presencia de ebrios en la vía pública, incluso agresiones con arma blanca y otras irregularidades.