CINCO MESES HOSPITALIZADO
• Ya dejó terapia media y ahora se encuentra en cuarto de piso, indicó Gerardo Hierro, yerno del autor de La visión de los vencidos
El historiador Miguel León-Portilla mejora de salud tras cinco meses de haber ingresado al hospital. Ya dejó terapia media y ahora se encuentra en cuarto de piso, indicó Gerardo Hierro, yerno del autor de La visión de los vencidos.
”La semana pasada pasó de terapia media a piso. Debido a la traqueotomía que requirió aún habla en voz muy baja; sin embargo, casi se le puede comprender todo. No puede contar una historia, pero sí te puede decir ‘tengo hambre’ o ‘quiero tal cosa’. También me ha expresado que tiene muchas ganas de vivir. Posiblemente en tres semanas salga del hospital, aunque los doctores han evitado comprometerse”, dijo Hierro.
La mejoría del filósofo mexicano fue reportada por Gerardo Hierro al término de la primera jornada del homenaje nacional a León-Portilla, que se llevó a cabo en el Museo Nacional de Antropología, espacio al que llegaron familiares, amigos y autoridades culturales.
Además del yerno, por parte de la familia, estuvieron Ascensión Hernández Triviño, lingüista y esposa de León-Portilla; Marisa León-Portilla y Miguel Diego León-Portilla Hernández, hija y nieto, respectivamente, del historiador.
Hernández Triviño aseguró que está a la espera de que su esposo “gane un poco de peso”, también indicó que él le expresó sus ganas de estar en el homenaje, aunque ahora “nos tocará a la familia contarle los detalles. Sus memorias ya están hechas, sólo falta revisarlas, varias editoriales son las que las quieren, pero creo que serán publicadas en alguna de las casas de Miguel: la UNAM, El Colegio Nacional o el Fondo de Cultura Económica”.
En su oportunidad, el nieto del autor de La filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes relató cómo su abuelo le contagió el carácter para estar activo y el amor por México, en especial por las culturas prehispánicas.
”Nuestra relación abuelo-nieto es muy bonita. Yo no lo veo como escritor sino como abuelo y no dejo de admirar toda su obra. Aunque mi abuelo siempre ha trabajado, nunca ha olvidado a su familia, nunca nos ha cerrado la puerta”, comentó Miguel Diego León-Portilla.
Recordó que juntos iban a diferentes museos, como el Templo Mayor, y recorrían Coyoacán, en especial las iglesias de esa alcaldía.
