Lamentable escenario en el Jardín de los Hombres Ilustres
A un costado de la céntrica Plaza Juárez, basta con que se oscurezca para que el espacio público se transforme
Vecinos del centro de Pachuca, transeúntes y de colonias aledañas, denunciaron ante Diario Plaza Juárez lo que ha provocado la ausencia de alumbrado público en el Jardín de los Hombres Ilustres que se localiza a un costado de la Plaza Juárez, ya que ante la penumbra que impera por las noches y madrugadas, el espacio se ha convertido en un foco de delincuencia, acoso e incluso se presta para prácticas sexuales.
De acuerdo con algunos de los trabajadores de los locales comerciales que se encuentran en la periferia del lugar, se debe rodear el parque para poder pasar, ya que se arriesgan a que sean asaltados por al menos dos sujetos que aprovechan la oscuridad del lugar para hacer de las suyas.
“Uno de nuestros compañeros, lo asaltaron, le pusieron una navaja y le dieron baje con su celular, le quitaron la cartera y lo amenazaron. Él no les pudo ver cara y tampoco quiso denunciar porque lo amenazaron y ahora preferimos irnos varios juntos y no pasar por los pasillos del parque, mejor le damos la vuelta”, explicó uno de los empleados y agregó que los delincuentes comienzan a operar alrededor de las ocho de la noche, “no es tan tarde y aún pasa gente, pero por temor a ser heridos no dicen nada”.
Otra de las situaciones a las que se presta la oscuridad del lugar es a tener relaciones en el espacio público, y es que no es difícil observar a temprana hora las envolturas de condones, papel higiénico e incluso a veces ropa interior que dejan en el lugar “ya lo ocupan como hotel las parejitas, la otra vez pasamos aún no se oscurecía bien y una chamaquita estaba encima de un joven, imagínese si eso pasa cuando todavía no se oscurece bien, en la noche no se ve”, dijo una de las entrevistadas.
De igual forma señalaron que aunado a la delincuencia y a las prácticas sexuales en espacio abierto, no faltan los acosadores, de hombres y mujeres, “son varias personas las que andan ahí, se van agarrando sus partes y te comienzan a seguir, la verdad sí da mucho miedo, es mejor evitar pasar por el lugar”, señaló una transeúnte quien explicó que solía atravesar el jardín cuando caminaba del trabajo a casa.
