RETRATOS HABLADOS
Con la certeza de que la muy probable pérdida de sus recursos económicos está cercana (algunos señalan que mal habidos), dos grupos políticos en el estado de Hidalgo pelean con fiera voluntad la eventual recuperación del dinero depositado en cuentas bancarias o bien, que como ha sido una costumbre, el gobierno federal y estatal les aprueben presupuestos millonarios “para hacer el bien a los oprimidos”. Saben que sin dinero están perdidos, porque el esquema de comprar voluntades y conciencias les ha funcionado. Así de simple.
El primer caso, el de sospechosos depósitos que hoy son investigados por la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda, ha desembocado en una lucha sin tregua por medios legales y legaloides por parte de los que llevan meses y meses sin poder retirar un solo peso de sus “ahorros”, y que no entienden el porqué de la situación que padecen cuando en otros tiempos no les había causado ningún problema.
La costumbre de hacer lo que hacían con los mismos resultados positivos, desembocó en un exceso de confianza, todavía más exagerada al considerar que de alguna manera eran cercanos y predilectos del nuevo gobierno federal.
Es así que hoy viven un drama en el que no dan crédito a que de pronto las estrategias, tácticas, subterfugios, laberintos por donde siempre habían transitado, resulta que ya no funcionan, al grado que pueden decirse víctimas de la traición de un sistema al que sirvieron, del que se sirvieron, y que hoy los ve como enemigos.
El final se antoja cercano con resultados lamentables para quienes pensaron que todo podría seguir igual, y hoy elevan oraciones al cielo para que el transformador del país caiga a la brevedad posible.
En misma situación pero con una actitud cada vez más cínica, se encuentran los “coyotes”, “intermediarios”, sinvergüenzas pues, que obtenían año con año no cientos sino miles de millones de pesos para la realización de obras destinadas a sus pobres y oprimidos, que por supuesto existen, pero que utilizaban con singular cinismo para agenciarse recursos millonarios y repartir en obras al muy típico estilo de “un peso para ti, mil pesos para mi”.
Hoy tampoco dan crédito a que ni con sus amenazas de sacar a marchar a 40 mil, cien mil, 500 mil personas, espanten al que se supone debería correr para hacerles transferencias a sus cuentas para que hagan lo que se les pegara su gana con dinero del presupuesto.
El hecho es que ahora tendrían que pagar el acarreo de manifestantes y profesionales del plantón si no con su dinero, si con el que ya tenían en sus cuentas y negocios, lo que ciertamente no harán, y por eso los gritos al cielo para calificar de todo lo que se les ocurra a quien ya les dijo que no, que no les dará un peso y que pueden hacer lo que les venga en gana. Es más, si desean instalar un plantón por uno o dos años, no hay problema.
Pero el problema es que todo plantón implica gastar para pagar a los que lo realizan, sufragar gastos de comidas y transporte, y por supuesto que no lo harán de su bolsillo ni de sus “ahorros”.
En ninguno de estos dos casos, y nos referimos por supuesto al Grupo Universidad y Antorcha Campesina, se conserva algun principio básico de lealtad a ideales. Hoy simplemente luchan con todo para que les regresen “su” dinero, y así conservar el poder político. Así de simple.
Todo lo anterior para coincidir con lo que alguna vez dijo Hank González: “político pobre… es un pobre político”.
Mil gracias, hasta el próximo lunes.
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@JavierEPeralta