EN EL NORTE RUSO
Vladímir Putin, contestó a preguntas de sus conciudadanos en una sesión de más de cuatro horas con conexiones directas por toda Rusia. Pero, el jefe del Estado no vio ni escuchó a los rusos acampados en la taiga, junto a la remota estación de ferrocarril de Shies (en la región de Arjánguelsk), para evitar con su presencia la construcción de un gigantesco vertedero destinado a la basura de Moscú, la metrópoli incapaz de separar y reciclar sus residuos domésticos.
No solo el jefe del Estado permaneció inaccesible a las reivindicaciones del maidán de la taiga el pasado jueves. El nombre de Shies fue censurado además en la transcripción oficial de la cita del presidente con la sociedad, colgada en la página oficial de web del Kremlin. La omisión de Shies es todo un síntoma del desencuentro entre una sociedad que exige la solución de problemas prácticos reales y una dirección política que no sabe darles una respuesta eficaz y clara.