La llegada de Hernán Cortés a los primeros libros de texto gratuito estuvo a cargo de la Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg) en la década de los años 60.
El antiguo Presidente de la Comisión -hoy Director General- y su grupo de asesores redactaron un documento que se llamó Guión Técnico Pedagógico, de las bases para que los autores de los libros de texto desarrollaran los contenidos.
Asimismo, se produjo un instructivo para los maestros con elementos pedagógicos y sugerencias para desarrollar la clase y profundizar dependiendo del grado. Las primeras lecciones de historia de primer año de primaria eran muy parecidas a las célebres monografías: se entregaban papeletas de un suceso histórico con elementos biográficos de los personajes más importantes.
En los década de los setenta del siglo pasado se produjo una nueva generación de libros de texto siguiendo las modificaciones de los planes de estudio. Desaparecieron las asignaturas de Historia y Civismo, que solían ir juntas, y se adoptó el concepto de “Ciencias Sociales”, cuyos contenidos fueron elaborados por especialistas de El Colegio de México y siguieron vigentes hasta los años noventa.
Bertha Hernández, responsable del área de difusión y patrimonio histórico de la Conaliteg entre 2003 y 2007, nos explicó que “si bien desde el primer año había el propósito de enterar al alumno quién fue Cortés, y en la biografía del instructivo del maestro se le definía como ‘el más ilustre de los conquistadores de América’, en los libros de grados superiores hay una valoración más profunda.
“Se considera a la Conquista como uno de los sucesos militares y políticos más importantes de la historia de la humanidad. Hay un énfasis importante en el aspecto biográfico de los protagonistas de los hechos históricos, y por eso, en el libro de cuarto año, por ejemplo, se habla de la Conquista como el resultado de una conjunción entre el “genio” -una expresión antigua que alude al ingenio, a la habilidad y a la inteligencia- de Cortés y a factores como su alianza con los pueblos sometidos o rivales de los mexicas”, explica Hernández.
Se optaba por tocar el tema desde ese ángulo ya que los planes de estudio y los contenidos de los libros de la época aspiraban a formar un juicio equilibrado en los alumnos y que apreciaran “serenamente los elementos formativos de nuestra nacionalidad”, según la ideología del entonces presidente Adolfo López Mateos de que los libros, procuraran no inducir al odio, rencor o al enfrentamiento.
De acuerdo a la también historiadora, “estos señalamientos acerca de la figura de Cortés, aspiran a ser equilibrados, si es que tal cosa es posible. Uno de los objetivos de los libros de quinto año, por ejemplo, es destacar la defensa heroica de Tenochtitlan hecha por el pueblo mexica”.
A pesar de que los libros de historia fueran pensados bajo la idea de “no generar resentimiento”, muchas veces el criterio de los alumnos se forma a través de cómo los profesores expusieron el tema; es decir, algunos podrían abordar la Conquista desde lo que “los españoles nos hicieron”, o no hablar tanto de Hernán Cortés, etc.
Bertha expone que “todas las generaciones estamos influidas por los temas y las prioridades con las que se nos transmitió la información histórica”. A veces puede influir el sentido de comunidad o la historia familiar.
Académica y pedagógicamente el enfoque ha cambiado con el paso de los años. Los materiales actuales están elaborados para que el alumno ubique espacial y temporalmente los sucesos históricos, dejando de lado la biografía de los personajes heroicos que tanto importaba cuando nacieron los libros de texto.
Hoy las generaciones jóvenes de maestros procuran abordar la historia desde múltiples perspectivas que pretenden que los alumnos construyan la figura de Hernán Cortés desde su contexto, es decir, se explica su origen, su época y el por qué estaba aquí y así intentar comprender sus decisiones y sus conductas.
Ahora que se cumplirán 500 años del encuentro entre Cortés y Moctezuma, la entrevistada piensa que se debería seguir las líneas del instructivo de quinto año de los libros de la primera generación: mostrar a los alumnos los aspectos positivos y negativos de la Conquista, hacer que se formen un juicio sereno acerca de este hecho histórico y hacerles ver que el pasado está muy cercano -para bien y para mal- a nuestra vida diaria.