Débil contra poderoso

Conciencia Ciudadana

   Las relaciones internacionales entre México y Estados Unidos entraron en colisión hace unos días cuando Donald Trump anunció la aplicación de un 10% de aranceles a los productos mexicanos, toda vez que nuestro país es incapaz de parar el flujo migratorio de Centroamérica; dándole hasta el día 10 de éste mes para impedir que habitantes de esa zona sigan arribando a los Estados Unidos.
   El anuncio fue tan inesperado como insolente. Pocos días antes el senado de la república había ratificado el nuevo tratado comercial entre México, Canadá y Estados Unidos, lo mismo que el parlamento canadiense a fin de sustituir al antiguo TLCAN, exigida por Trump asegurando que sus vecinos se aprovechaban de su país  dejando a los obreros estadounidenses sin fuentes de trabajo.
  En México, la noticia cayó como un balde de agua fría. El gobierno del presidente López Obrador, que recién cumple cinco meses de nacido, había conseguido capotear las exigencias del presidente Trump quien continuaba exigiendo al Congreso norteamericano los recursos necesarios para concluir el muro fronterizo mientras tildaba a México al gobierno de AMLO como incapaz para contener  la migración.
Pero los tiempos se agotaron. Trump se encuentra en un jaque político que ha de resolver cuanto antes, a riesgo de perder la oportunidad de reelegirse; toda vez que enfrenta la posibilidad de enfrentar cargos por la intervención rusa en los comicios donde resultó electo como presidente;  conflictos a los que intenta enfrentar con medidas desesperadas pero electoralmente impactantes.  
   Al otro lado, Andrés Manuel parece ser el rival más débil desde los usos y costumbres de las relaciones entre México y su vecino del Norte establecidas por los gobiernos del pasado reciente; pues lo esperado sería que pidiera ser recibido por el emperador de la Casa Blanca para solicitarle perdón por sus faltas y prometiendo servilmente acatar sus instrucciones.
   Si ese fue el cálculo de Trump, midió mal su efecto. Cierto es que los aranceles con que nos amenaza pueden incidir desfavorablemente en la economía mexicana; y el endurecimiento de la vigilancia en la frontera norte tener efectos indeseados para el flujo entre ambos países. El peso mexicano se ha visto afectado igualmente en estos días pero; al final de cuentas, estas medidas podría revertírsele a Trump; dado que muchas mercancías afectadas por los aranceles se terminan de producir en     EU, lo que  afectaría finalmente al consumidor de su propio país.
   A pesar de sus efectos desfavorables, la amenaza de Trump ha tenido más puntos a favor de López Obrador; de tal suerte que en su conferencia de prensa del pasado viernes pudo asegurar que “todos los mexicanos” –y subrayó el “todos”-, se encuentran unidos en torno a él, reiterando que México seguirá viendo la migración como un asunto de carácter humanitario, actitud que ya le gana simpatía en el concierto internacional.  Por su parte gobernadores, empresarios, legisladores y partidos políticos, como nunca antes en la 4T; han unido sus voces a la del presidente de la república exigiendo al valentón de la Casa Blanca respeto a nuestro país.
   El resultado de este nuevo desencuentro entre ambos gobiernos es cuestión de tiempo y la suerte se inclinará por quien sepa manejarlo con mayor inteligencia y serenidad. AMLO no ha caído en una confrontación que, como dice, puede dejar chimuelo o tuerto a ambos contendientes (pues hasta los más poderosos dependen en algo de los más débiles), mientras que DT blande el garrote sobre su cabeza.  “Serenidad y paciencia”, es pues la clave, como dijo aquél.
 Y RECUERDEN QUE VIVOS SE LOS LLEVARON Y VIVOS LOS QUEREMOS CON NOSOTROS.

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