Arqueólogos hallaron una tumba del siglo II después de Cristo que contiene varios artefactos chapados en oro macizo al igual que un esqueleto de dos metros de largo.

El descubrimiento fue realizado en la aldea de Nikólskoye en la región de Astracán a orillas del río Volga, en el sur de Rusia. Según las pruebas y evidencias, la osamenta, de casi dos metros, parece ser de un anciano representante de la clase élite de los Sármatas.
El cuerpo estaba tapado por un dosel cubierto de placas de oro y un bordado exclusivo. El esqueleto presenta una inclinación, como al momento de ser depositado en la tumba tuviese una almohada, la cual no se conservó.
Se afirma que la tumba está localizada en un área de unos 750 metros cuadrados en la cual había otras fosas.
Asimismo fue encontrada una cabeza de caballo, con un arnés, y una decoración muy ostentosa, la cual sugiere que se trataba de una persona de la alta sociedad.
Los antropólogos sugirieron que las ofrendas pertenecían a los Sármatas, un pueblo iranio nómada, que hace unos milenos estaban asentados en esa región.