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Un Infierno Bonito

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LA ASAMBLEA GENERAL

En una ocasión en el nivel 170 de la mina de Paraíso, estábamos jugando baraja, a ver quién pagaba el pulque a la salida,  era sábado, nos turnábamos para echarnos aguas de los jefes, los que estaban cuidándonos era “El Loco” y “El Baldo” los que jugábamos las cartas, era por parejas, “El Chocolate” y yo, contra “El Cachaflas” y Lupe.

Estaba el juego tan emocionante, que no nos dimos cuenta que nos estaban mirando uno de los jefes, llamado “El Barra Luis” junto con nuestro contratista Pascual Jarillo.
Como habíamos ganado yo me levante gritando.
    •    ¡Ahora si no los enchufamos!

Me quede callado cuando el jefe de la mina levantó las cartas, y le dijo al barretero.
    •    ¿Es así como trabajan tus hombres? les voy a poner un castigo de cuatro días, para que pierdan sus vacaciones, por estar jugando baraja en horas de trabajo.

Llamaron al “Bandolón” y lo pusieron como lazo de cochino, amenazándolo que también lo iban a castigar por no cuidar que los  trabajadores estuvieran en sus puestos, y se fue el “Barra” Luis. Y lo alcancé y le dije:
    •    Barra pásela por hoy, es el único día que lo hacemos, o castiguemos tres días y no cuatro.

    •    Ahí arréglate con el encargado, yo haré mi reporte como los encontré, y el que los va a juzgar será Gustavo Martínez, que es el encargado de su trabajo.

Fuimos a ver a “El Bandolón” Gustavo Martínez, que era el encargado, le dije lo mismo y me mentó la madre.
    •    En lugar de ayudarlos los voy a chingar, para que para no haya ninguna otra vez, que los encuentre un jefe jugando baraja en hora de trabajo.

Me dijo “El Baldo” ya no le pidas chichi, a ese desgraciado, a la salida vamos al sindicato y hablamos con el Secretario General, Agapito Herrera.
    •    Pero que le podemos decir, si ellos tienen la baraja, y contestó “El Petronilo”, la tenían los pendejos,  se la saque de su morral del jefe, nos negamos pero tenemos que ir todos nos vemos en el sindicato a las cuatro de la tarde.

Llegamos al Sindicato y hablamos con el Secretario General, y nos dijo.
    •    Miren que no les vean la cara, si ustedes tienen el cuerpo del delito mándelos a ver a su madre. Y si hay bronca me vienen a ver, ¿A Propósito tu Gato Seco, trabajas con el “Bandolón”?

    •    Si. 

    •    Por favor le llevas estos sobres y le dices que digo, que él ya sabe a quién repartírselos.

    •    Sí señor así le diré.

Saliendo del sindicato abrí uno de ellos que decía.

“EL SINDICATO INDUSTRIAL DE TRABAJADORES MINEROS, METALÚRGICOS,  Y
SIMILARES DE LA REPÚBLICA MEXICANA, SECCIÓN UNO Y DOS. ASÍ COMO TODOS
LOS CONTRATISTAS DE TERREROS. TIENEN EL HONOR DE INVITAR A TODOS LOS TRABAJADORES DISTINGUIDOS, DE TODA LA COMPAÑÍA REAL DEL MONTE Y PACHUCA. PORQUE CONTAREMOS CON LA PRESENCIA DEL LÍDER NACIONAL, NAPOLEÓN GÓMEZ SADA.
ESPERAMOS CONTAR CON SU PRESENCIA EN EL SALON DE FIESTAS “EL HILOCHE”, EN
REAL DEL MONTE.
    •    En la madre esto va a estar de pelos, van a dar de comer borrego y de chupar del bueno  además va ser el domingo.

    •    ¿Se las vas a dar?

    •    ¡Ni madre son para que vayamos nosotros! NO le vayan a decir a nadie lo de las invitaciones.

    •    Al día siguiente cuando íbamos a bajar a la mina me paro “El Bandolón”.

    •    Me dijo el Secretario Agapito Herrera, que te entrego 15 invitaciones para que me las dieras.

    •    A mí no me entregado nada de invitaciones, por el contrario me dijo que si me castigan por tu culpa, te va a venir a rajar la madre.

    •    Si te las dio, pinche flaco es mejor que me las entregues porque si no te van a correr de la mina.

    •    A mí no me dio nada.

    •    Es mejor que me las des.

    •    Pinche necio, a no me dio nada, burro.

    •    Llegó el domingo y me fui con “El Chocolate”, “El Loco”, “Lupe”, “El Mayate”, “ “Baldo”, “EL Petronilo” y otros cuates, llegamos al “Hiloche” y había puro lambiscon, que se caían por saludar de mano a Gómez Sada. Estaba un ambiente muy bueno, la gente no dejaba de aplaudirle al viejo pelón. De momento el maestro de ceremonias, habló diciendo.

Compañeros con todo respeto queremos que el señor Napoleón, nos dirija una palabras.
    •    ¡Compañeros, yo siempre he luchado ante gigantes tracaleros políticos, desgraciados, hijos de todos modos y fácil los he derrotado. He luchado hombro con hombro ante cualquier enemigo y no les he tenido miedo, porque morir por alguno de ustedes, no me interesa por defenderlos  a ustedes compañeros!

Todos tocaron con el puño cerrado las mesas haciendo un fuerte escándalo, gritando a todo pulmón.
    •    Napoleón, Napoleón, ra,ra,, ra.

Napoleón les hizo unas señas de que se callaran. Hablo el presentador, que Napo,  traía de la ciudad de México.
    •    Compañeros podremos llamar un día especial, en este lugar porque se encuentra el compañero Napoleón  y me dirijo con todos ustedes que saben lo que es tener un líder, el único que tenemos en el sistema minero de toda la República, y en todos los sindicatos como el nuestro. Antes de seguir hablando digamos saludo.

Todos los  presentes a destapar botellas y empinárselas que hasta el gañote les chillaba, y siguió hablando.
    •    Compañeros entre nosotros se encuentra un traidor, un Judas, peor que el que traicionó a Cristo, anda predicando mentiras,  y calumniando a nuestro sindicato, yo les pido a todos ustedes, que sí  tienen conciencia sindical, que cerremos filas y los echemos fuera a madrazos del sindicato, porque por chismosos, ni su madre lo quiere.

-Digamos otra vez salud compañeros.
Todos al mismo tiempo al empinar el codo, nada más se escuchaba como les tronaba el gañote, el ruido del destape de botellas y siguió hablando.
    •    Compañeros ¿Ustedes quieren saber quién es ese traidor?

    •    ¡Sí, Sí!

    •    Pues compañeros el traidor es nada menos, que mi pinche compadre, Leopoldo García conocido en el bajo mundo como “El Malayo”.

    •    La gente que ya estaba borracha comenzó a gritar.

    •    Que chingue a su madre El “Malayo”

    •    Toda la gente gritaba en coro, se escuchaba en todo Real del Monte.

    •    La gente cambio de coro.

    •    Que muera “El Malayo”, Vamos a darle en la madre de una vez, por hocicon y mal compadre.

El diputado Ismael Villegas que tenía a su cargo la mina del “Cuixi” y era el que había invitado a Napoleón Gómez Hada, para que le diera un hueso más grande, hecho una fuerte carcajada y gritando dijo.
    •    Así se hace compañeros. Vamos a brindar por nuestro líder, para que eche fuera a todos los traidores, como mi pinche compadre dos caras, ¡Salud!

    •    La mayor parte de mineros, que ya estaban borrachos echaban puyas contra “El Malayo”.

    •    Pinche “Malayo”, ahora que lo vea le voy a rajar toda su madre.

    •    Ya le voy a dar una puñalada trapera.

    •    Ese “Malayo” es un traidor.

De momento se escuchó un mariachi tocando a todo lo que daba “El Son de la Negra”, era “El Malayo”, que levantaba los brazos y a cada uno, de los que estaban en la mesa les ponía un billete de 50 pesos y una botella de tequila añejo y les gritaba.
    •    Compañeros mineros, siempre sere sere el ángel de su guardia, los cuidare que no los ataquen por la espalda vivan los mineros de Pachuca. Buen provecho.

    •    La gente dio el cambiazo.

    •    Que viva nuestro compañero “El señor Leopoldo García, conocido como “El Famoso Malayo.”  Estas apoyado por todos los terreros la gente está contigo.

El diputado Villegas se quedó mirando a Napoleón, como queriéndole decir ¿ahora que hacemos? Mandaron a un compañero que había estado contratado como orador, y dijo.Compañeros: –  – — Guarden silencio por favor, por ningún motivo vamos a borrar la imagen de un gran hombre como lo es Napoleón Gómez Sada,  que viva Napoleón, Ismael Villegas, y que muera “El Malayo”
Todavía no alcanzaba de mencionar esas palabras, cuando un botellazo se le estrello en la jeta, tumbandolo de la silla, quedando noqueado, de ahí se desató un desmadre, aventando botellas cajetes de caldo y  de barbacoa, se soltaron los madrazos, todos contra todos.
Nosotros que íbamos de Pachuca, nos agachabamos como el perico, para que no nos descontaran uno de los presentes sacó su pistola 45 y comenzó aventar balazos a lo pendejo, “El Chocolate, y todos los que íbamos salimos como tapón de sidra, porque los madrazos estaban a peso, todos contra todos, salimos y corrimos como locos siguiendo la carretera del Real que va a Pachuca, sin voltear para atrás, cuando hicimos un descanso les preguntamos  
    •    ¿Y los demás?

Me contestaron.
    •    Sepa la chingada, vamos nosotros.

Al día siguiente hubo un gran comentario dentro de la mina de lo que paso, el que se moría de risa era el “Bandolón” que me dijo.
    •    Que ré bueno y los hubieran matado por no entregar las invitaciones.