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ALFIL NEGRO

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HACE TRES AÑOS
 
Hace tres años papá Martín
decidiste con ese paso tuyo

Dejar atrás todo
e irte con mamá que te esperaba.
 
Tres años ya que sin temores
Cómo eras tú de entero, de certero,
Tomaste tu sombrero de guerrero
Y cerraste la puerta para irte.
 
Y en tres años pasan muchas cosas,
Que hoy sentados en el parque,  
Tu parque de tordos y de niños
Te contaré con gusto y alegría.
 
Tienes nuevos bisnietos
Y hay nuevos abuelos.
Yola, la niña madre,
Tu hija, ya es abuela
de un niño que la quiere
Como la querías tú.
 
Tomás tendrá de nombre,
Y con Sara de Edgar,
Y Nicolás de Toño
Son tus bisnietos nuevos,
Con ojos peces nuevos
Listos para estrenar
 
Martín está contento
Con sus hijos creciendo,
Y Javier caminando,
Mi madre vigilando
Y Toño y Edgar fuertes
Viendo la vid crecer.
 
Y nosotros en casa
Nos alegra decirte,
Que el nieto que de gala
Saludaba en tu nombre
A su gran general,
Acaba de casarse y le faltaste tú.
 
A ti hoy te rogamos,
Que junto con mi madre
Cuiden por Aurorita
Su nieta al iniciar.
 
Son tres años de ausencia,
De recuerdos presentes,
De verte en cada tarde
Partir el pan en casa
Y de rogar a gritos:  
 
Padre bendice a nuestros hijos
Tus nietos y bisnietos,
A tus nueras y yernos,
A los recién llegados.  
 
Bendice nuestros sueños,
Conforta nuestras penas
Y como en ese tiempo
Muéstranos el camino,
Para llegar al pozo
Del agua cristalina,
De la fe y esperanza
Para seguirte el paso
De nuestro guía y pastor.
 
 
Padre, nunca te has ido,
De ti aprendimos todo,
Cómo regar la siembra,
Cómo querer la lluvia,
Ver nadar a los patos
en tu laguna clara,
A caminar las sendas
de arena y de sabinos,
A comer con ternura
El pan ganado a pulso,
Y sobre todo, siempre,
Cómo querer a un hijo
Desprenderse de todo
Por ver crecer sus ojos,
A llevar a la casa
El pan de cada día
Y a mirar que siempre
Con nuestra Madre Aurora
Estás en nuestras vidas,
Ayer, hoy y para siempre
Por los siglos  de los siglos
Amén …Amén…Amén.
 
Hace tres años ,el 11 de abril de 2016 murió nuestro padre Don Martín Peralta Martínez. De él aprendimos el amor a la tierra, a las raíces de pueblo y de familia y el ejemplo siempre presente de cómo querer a los hijos y la familia.
Tres años y su nombre y presencia permanente sigue teniendo su lugar en nuestras mesas, y en nuestro corazón de hijos huérfanos, pero fuertes en su recuerdo  para que bendiga nuestras vidas.