Apuesta al desgaste de sus opositores
    •    El presidente nicaragüense alarga las negociaciones, ahora en periodo de reflexión y con acuerdos incumplidos

Entre las exigencias de la oposición está el adelanto de elecciones para que Ortega desaloje el poder antes de 2021

Dicen que Daniel Ortega y Nicolás Maduro parecen haber ido a la misma escuela. En ella aprendieron cómo erosionar las fuerzas de sus contrincantes. Ambos utilizan el arma del tiempo a su favor para disuadir, desgastar y desmoralizar los ánimos de la oposición.
Ambos utilizan el instrumento del diálogo, con falsas promesas, para entretener al contrincante y ganar tiempo.
En Venezuela, parece que el tiempo ya se acabó para seguir dialogando, pero no así en Nicaragua, un país en crisis desde que comenzaron las protestas contra el régimen de Daniel Ortega, hace ya casi un año, en las que murieron más de 300 personas y otras casi 800 fueron detenidas.
Con una economía en recesión y la sombra de las sanciones sobre el régimen y las fuerzas de seguridad que ejercen la represión, la solución parece dilatarse.
Prueba de ello es la suspensión la semana pasada de la segunda ronda de negociaciones entre los representantes del Gobierno de Daniel Ortega y los de la oposición. Quedaban tan solo unos días para que se cumpliese la fecha límite -prorrogada hasta el 3 de abril- de esta ronda.