Hasta hace unas semanas, Armando Araiza no sabía si su destino estaría ligado a los Diablos Rojos del México, en la campaña 2019. Así que cada oportunidad de jugar la explotó al límite para convencer al estratega Víctor Bojórquez de que podía competir por un lugar atrás de home, con sus colegas de puesto, Ricardo Valenzuela y Eduardo Revilla.

Como buen receptor atrapó el reto y el pasado 23 de marzo su esfuerzo fue premiado de manera especial, convirtiéndose en el primer pelotero en anotar en el lujoso estadio Alfredo Harp Helú, la nueva casa de los Diablos Rojos. “Es una hermosura de estadio y el terreno está perfecto, lo vamos a disfrutar al máximo y a dejarlo todo por el objetivo de ser campeones. Haber anotado la primera carrera fue muy significativo, algo especial para mí; me siento contento”.
Estacionado en la segunda almohadilla, jamás pensó que la suerte lo tenía marcado, “había un pelotero antes de mí, pero cuando llegué a tercera y salió ese elevado, todo cambió. Era algo que no me esperaba pero lo disfruté. Iba hacia el home pero no pensaba en que era la primera carrera, solo en anotarla”.

Jesús Fabela sacó el bat minutos antes para poner la pelota en el jardín, con el primer sencillo en la historia que apenas inicia en el nuevo infierno. “Una experiencia maravillosa en mi carrera, muy importante. Los nervios estaban, momentos que no voy a olvidar jamás, pero con la mente fría para poder hacer mi trabajo. Ahí va a estar mi nombre en la historia del equipo”.
Un compromiso que vive sus primeras tardes y en la que quiere ser héroe muchas veces.