¿Quién gana y quién pierde?

PIDO LA PALABRA
  •    En una huelga nadie gana, todos pierden; pierden los trabajadores; pierde el sector comercial de la región; pierde la ciudadanía… 

 

En la huelga que estallaron los trabajadores del municipio de Pachuca bien cabe a estas alturas preguntarse cuánto tiempo más aguantarán, ¿quién cederá primero, a quién perjudica más?
 
Lo cierto es que, en este momento del movimiento sindical, infiero que la huelga ya empieza a hacer sus estragos en el bolsillo de los trabajadores, la tranquilidad seguramente ya se está perdiendo, y eso puede provocar que se comience a cuestionar la gestión de los liderazgos.
 
Pareciese que la huelga no estaba presupuestada para una duración larga, y siento que las consecuencias no estaban medidas para esa magnitud. Y por ello regreso a mi pregunta, ¿quién gana y quién pierde?
 
En una huelga nadie gana, todos pierden; pierden los trabajadores pues están dejando de cobrar su salario, pues si no hay para sufragar el aumento solicitado, menos habrá para cubrir los salarios vencidos; pierde el sector comercial de la región, ya que la probabilidad de que los trabajadores gasten sus quincenas en los comercios locales, preferirán guardar lo poco que les queda de dinero como una especie de fondo de resistencia; pierde la ciudadanía, pues hay trámites que requieren su pronta atención, y es obvio que con las oficinas gubernamentales cerradas, esos trámites deberán esperar hasta que las partes decidan convenir en un esquema de ganar-ganar.
 
Sin embargo, y en lo que a los trámites se refiere, hay personas que se están dando cuenta que podemos vivir sin un aparato burocrático excesivo, y si me apuran, incluso en un caso de supuesto arreglo, habría personal que sus servicios ya no se justificarían, sobre todo por la utilización de los medios electrónicos en la tramitación de servicios o de documentos.
 
En el supuesto de que la huelga hubiese sido utilizada solo como un medio de presión política, infiero una enorme problemática para concluirla, pues el líder no puede bajar sus pretensiones sin que se vea mermada su fuerza, es decir, no se vería bien para su liderazgo el aceptar lo mismo que le ofrecían hasta antes de estallar la huelga.
 
Si la huelga pretende en verdad buscar un equilibrio entre patrón y trabajadores, es decir, entre los factores de la producción, me surge otra pregunta, ¿Por qué la falta de cumplimiento de las condiciones de trabajo no se planteó ante el responsable municipal en turno?
 
El hecho es que estamos en presencia de una huelga que ya puede ser calificada como larga, y en donde la administración municipal da la impresión que es la única que la disfruta, pues la desesperación de los trabajadores, aunado a la percepción de algunos sectores de la población, pueden colocar al Ejecutivo municipal, como el primero y el único que ha logrado vencer a una añeja organización sindical en el Estado, y esto, infiero, no es lo que agradaría a quienes pretenden figurar por otro Partido en los siguientes comicios electorales.
 
Las palabras se las lleva el viento, pero mi pensamiento escrito está.
 
 

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