De nuestros personajes del barrio, no podía faltar Melquíades Arrieta, un súper luchador profesional, un auténtico campeón ya que había ganado las mejores luchas con los luchadores más despiadados.
Se hacía llamar “El Feroz”, luchaba como le peleaban, limpio o rudo, era muy legal en sus contiendas y la gente siempre le aplaudía.
Domingo a domingo salía en hombros de la Arena Afición por los aficionados, siempre ganaba dos al hilo y los dejaba a todos desmadrados, con su modo de luchar era el mejor, los atarantaba dándoles un azotón, los paraba de las greñas, los retachaba en las cuerdas y les ponía su llave favorita “La Rana”, que era poniéndolos con la espalda en la lona y luego les subía las patas hasta que se rendían.
Melquíades era un joven como de 20 años, bien parecido con cuerpo atlético y estaba dedicado exclusivamente a las luchas, Todas las mañanas se iba a entrenar y no se le veía hasta la hora de la comida, vivía con su abuelita doña Chepita, ya que su jefa se había ido a buscar fortuna a los Estados Unidos y ya no regresó, la viejita estaba chaparrita y orgullosa de tener un hijo tan famoso.
Ellos vivían en la vecindad que se encuentra en el callejón de Manuel doblado, en el barrio de “La Palma”, pero para su mala suerte del joven luchador, conoció a una chica llamada Luisa, estaba que se caía de buena, le decían la greñuda, tenía el cabello hasta el hombro y era rubia, con el tiempo se hicieron novios, él le enseñó el arte de la maroma, le puso “La Rana” y salio panzona.
A la mamá de la muchacha le decían “La Cavernaria”, porque era la vieja peleonera del barrio. Al ver que a su hija le iba creciendo la barriga investigo quien había sido, con un garrote fue a buscar al “Feroz” a su casa. Toco la puerta y como no le abrían de una caballazo casi la tumba, la abrió de par en par que por poco se muere del susto doña Chepita. Buscó debajo de la cama, dentro del ropero y le pregunto a la señora.
-¿Dónde está su pinche hijo? es mejor que no lo esconda porque usted es la que va a pagar el pato.
-¿Para que busca a mi hijo?
-¡Para partirle su madre al cabrón!
“La Cavernaria” miraba para todos lados lista para soltar el garrotazo. La señora Chepita, con miedo le volvió a preguntar.
-¿Qué le hizo mi hijo señora?
-A mi nada, pero se puso a jugar con mi hija a las luchitas y la embarazó y si no se casa hoy mismo lo voy acusar ante las autoridades que la violó para que lo metan a la cárcel.
-Pero señora…
-¡Cállese el hocico¡ lo que pasa es que usted es una vieja alcahueta, que trata de ocultarlo, pero de aquí no me voy a mover hasta que venga el mondrigo.
Julia ‘‘La Cavernaria” jalo una silla y se sentó cerca de la puerta doña Chepita, se molestó y le dijo.
-Si quiere esperar a mi hijo, hágalo allá afuera.
‘‘La Cavernaria” muy enojada levantó el garrote como si la fuera a golpear en su cabeza, que con toda rapidez se cubrió la cholla con las manos.
-No se espante señora, es una finta nada más, pero si vuelve abrir el hocico le suelto el garrotazo en el lomo, ya le dije que de aquí no me voy hasta que llegue ese luchador balin, espanta pendejos.
Pasaron las horas y Chepita ignorando a la señora se puso hacer la comida para su hijo, de rabo de ojo no dejaba de mirar a ‘‘La Cavernaria”, que de coraje hablaba sola, a pesar de que ella se había portado mal, la viejita lleno una jarra de agua y le dijo.
-Le doy tantita agua, se que le va a caer bien.
Doña Julia se levantó como resorte y soltó el garrotazo a la jarra que la hizo cachitos.
-De ustedes no quiero nada.
Mientras tanto en la Arena Afición Melquíades “El Feroz” entrenaba en el ring con sus compañeros.
-A ver como ven esta lucha que se me ocurrió.
“El Feroz” jalo de los cabellos al “Bello Califa”, le puso un candado a la cabeza, le pico los ojos, lo aventó en la cuerdas, le dio un azoton, se subió a la tercera cuerda y desde ahí se lanzó cayéndole encima, le levanto las piernas hasta arriba, poniéndole ‘La Rana’’, sus compañeros lo felicitaron.
-Que bien, en menos de un minuto le ganaste la caída.
-La lucha ya la tengo muy bien estudiada, el domingo le voy a rajar la madre al Perro González, pero luego nos vemos voy a echarme un regaderazo, mi jefecita me ha de estar esperando.
“El Feroz’’ entraba a la vecindad muy quitado de la pena, sin imaginarse que lo esperaba su futura suegra, al dar el primer paso para entrar en su casa, recibió un garrotazo que su cabeza sonó como bote viejo, se le doblaron las patas y cayó a lo largo al suelo. Chepita creyéndolo muerto intervino.
-Déjelo en paz señora, ya lo mato.
-Eso merece el cabrón y le voy a dar otro para rematarlo, quítese señora o no respondo.
Los gritos de la señora Chepita hicieron que los vecinos entraran, encontraron al “Feroz” como diablito todo lleno de sangre. La señora Cavernaria con el garrote en mano lo retaba.
-¡Párate cabrón! que te falta la tercera tanda.
‘‘La Cavernaria’’ se movía de un lado a otro buscando la cabeza del luchador, como dos vecinos la tenían agarrada uno de cada brazo trataba de zafarse. Como no la soltaban se dejó caer al suelo llevándose de corbata a a don Juan y a don Mateo, cuyas cabezas se estrellaron en el suelo.
Doña Chona y doña Petra al verla tirada se fueron sobre ella para no dejarla parar y tratar de calmarla, ‘‘La Cavernaria’’ movía las patas como si anduviera en bicicleta tratando de levantarse y lo logró.
-Me cae que la bronca va ir contra ustedes, si siguen metiéndose donde no les importa.
Llegaron varias vecinas y le echaron bola, varias de las vecinas la cargaron y se la llevaron para su casa, mientras que otros vecinos ayudaban a poner en pie ‘‘Al Feroz’’, dándole a oler alcohol para reanimarlo cuando volvió en sí miró para todos lados preguntando.
-¿Qué me pasó?
-Nada hijo, muchas gracias señores por su ayuda que bueno que se llevaron a esa pinche vieja, porque si no hubiera matado a mi hijo.
Doña Chepita le explico al ‘‘Feroz’’ detalladamente a lo que había ido doña Julia. ‘‘El Feroz’’ quería huir pero era demasiado tarde, porque doña Julia estaba esperándolos con unos policías y agentes ministeriales. Al otro día llevaron al ‘‘Feroz’’ al Registro Civil para que se casara con la flaca, no hubo fiesta, mucho menos luna de miel, pues con la golpiza que le habían dado apenas se podía mover.
-Pinche flaca tu me prometiste que te ibas a aguantar y a nadie le dirias que estabas panzona.
-Lo que pasó fue que mi jefa se dio cuenta y me saco la verdad a madrazos, además por ahí me habían dicho que tu ya te ibas de gira a Japón.
-Así era pero me la cebaste porque ahora tengo que vivir con ustedes, así lo dijo el juez y que si no quería o me fugaba me iban a buscar por cielo, mar y tierra para encerrarme en el bote y me iban a dar nueve años de cárcel por violación.
-También tú que abusado yo hubiera recibido los golpes y tu por allá con alguna japonesa.
Pasaron los meses y ‘‘El Feroz’’ había perdido sus facultades como luchador, tuvo que trabajar como albañil y pintor, después ya no quiso trabajar y desde que supo que había muerto doña Chepita se tiró a la borrachera, su suegra y su señora se lo sonaban cada que llegaba borracho a su casa y al poco tiempo se perdió del barrio.
Un dia sus compañeros los luchadores lo anduvieron buscando por todo Pachuca, revisando cantina por cantina y lo encontraron en una pulquería llamada “La Reina Xóchitl” se iba a empinar la jarra cuando entró uno de sus compañeros y le quitó la jarra.
-Ya parale cabron, deja de tomar, te vamos a llevar a Alcohólicos Anónimos por las buenas o por las malas.
-Me llevan madres, a ustedes que les importa, cantinero sírveme una cuba.
El luchador llamado “El Fraile” que era su mejor amigo le dio consejos pero a este por una oreja le entraba y por la otra le salía.
-Es mejor que nos acompañes Melquíades, es por tu bien, te vamos a ayudar para que recuperes tu salud y vuelvas hacer lo que fuiste. Ya hablamos con el dueño de la Arena Afición y está de acuerdo con nosotros.
-Les agradezco su ayuda pero saquense a la chingada no quiero saber nada de ustedes, ni de las luchas.
Uno de los luchadores que iba enmascarado llamado ‘‘Alma Negra’’, lo jalo fuerte a la puerta y le dijo.
-Ya pinche payaso acompañanos.
‘‘El Feroz’’ se puso en guardia.
-Va derecho conmigo guey.
‘‘El Feroz’’ le aventó un golpe pero falló y cayó al suelo ahí aprovecharon sus compañeros para llevárselo, lo sacaron y lo metieron en un coche, lo llevaron a un grupo de Alcohólicos Anónimos donde los amarran, los encierran y no los dejan salir.
-Ahí te lo dejamos Manotas, no te vaya a dar la sorpresa y se te escape, también te dejamos una lana para su tratamiento.
-No se preocupen si se pone al tiro yo me lo chingo.
Pasaron los días, y los gritos de ‘‘El Feroz’’ se escuchaban a unas cuadras, como no le daban de tomar a Melquíades le dio el Delirium Tremens.
-Ay, quítame esas arañas que me van a morder.
Se azotaba contra la pared, se controlaba y hacía lo mismo, el Manotas era un luchador ya retirado de la lucha, eran grandote con las manos fuertes y cada que ‘‘El Feroz’’ hacia lo mismo le decía.
-Aquí tienes las arañas ¿no?, ahorita te las quito.
El Manotas le daba de cachetadas y golpes hasta dejarlo inconsciente, después de una semana sus compañeros fueron a visitarlo.
-¿Cómo sigue Manotas?
-Ya mero responde, le he dado suero con leche, pan y uno que otro madrazo para que se eduque, pero ya aceptó el agua.
-Ya la hizo, vamos a verlo.
‘‘El Feroz’’ al verlos protesto.
-Ya sáquenme de aquí cabrones, me cae que se pasaron de lanza.
-¿Ya no vas a tomar?
-No, pero los voy a denunciar que me tienen secuestrado.
-Vamonos a la casa para que te rasures y te eches un baño.
Así lo hicieron después de hacer ejercicio lo llevaron a la arena afición el promotor de lucha le dijo al ‘‘Feroz’’.
-Te felicito por haber vencido al vicio, el domingo luchas contra el Perro Gonzales, si le ganas subirás al evento especial.
Esa vez la arena se llenó para ver la reaparición de su ídolo ‘‘El Feroz’’ y se escuchaban los gritos cuando lo anunciaron.
-¡Respetable publico¡ lucha estelar de dos a tres caídas sin límite de tiempo. ¡En esta esquina el campeón de Pachuca el Doctor Misterio!
El ambiente estaba encendido, se escuchaban aplausos y chiflidos.
-En la otra esquina el retador, “El Feroz’’. Esta lucha será máscara contra cabellera,
El refere llamó a los dos contrincantes al centro del ring y comenzó la lucha, los luchadores dan vueltas tratando de agarrarse para imponer el castigo, ‘‘El Feroz’’ agarró de la mano a su contrincante aplicando el látigo, lo azotó contra la lona, después lo levantó y lo volvió a azotar, luego lo aventó contra las cuerdas cayendo al suelo, sin darle tiempo al Doctor Misterio, se hizo a un lado cayendo al suelo sin que se repusiera, ‘‘El Feroz’’ se subió a la tercera cuerda y se lanzó aventandole un tope, el Doctor Misterio se hizo a un lado y como el piso es de cemento ‘‘El Feroz’’ cayó noqueado en un charco de sangre, el médico del ring corrió para atenderlo y dijo el refere.
-Este hombre ya no puede luchar. Llamen a una ambulancia.
Todo el público que estaba en la arena guardo silencio y muy tristes sus compañeros veían como lo sacaban, el referee le levantó la mano al Doctor Misterio. Sus compañeros no lo dejaron ni un solo momento, lo acompañaron al sanatorio, donde después dijo el médico, que estaba muy grave, tiene fractura de cráneo vamos a tener en terapia intensiva. ‘‘El Feroz’’ no pudo recuperarse de esa caída y murió.