Finalmente Grecia ha sido sometido por sus acreedores

NÚMEROS CLAROS

 

Todo parece indicar que finalmente Grecia ha sido sometido por sus acreedores, pese al rechazo de su programa de ajuste por el pueblo griego el pasado 5 de julio. No en todos los países tuvo un efecto positivo el acuerdo inicial al que arribaron este lunes el gobierno griego y sus acreedores.

El acuerdo unánime de los líderes de la zona euro y Grecia, anunciado este lunes por la mañana tuvo un efecto positivo en los mercados de valores de todo el mundo, pero no en todos los países había buenas noticias, al menos no en México, donde el Estado ha sido incapaz de garantizar la seguridad a los ciudadanos, poner freno a la corrupción y controlar la penetración del Estado por el crimen organizado.

En Asia, el Nikkei de Japón se recuperó en 1.57%; mientras que en Europa el índice EuroStoxx 50 de la zona euro avanzó 1.79%; a la vez que las bolsas de valores de Frankfurt y Londres, respectivamente, registraban incrementos de 1.20% y 0.97%; en París, el índice CAC 40 cerró con un alza de 1.94%; a la vez que en el mercado de divisas el euro, con una alta volatilidad den los últimos días, se recuperó ligeramente frente al dólar alcanzando una cotización de 1.1157 dólares contra 1.1149 del viernes. A la vez, en los Estados Unidos el índice Dow Jones avanzó en 1.22%, el Nasdaq 100 en 1.68% y el Nasdaq Composite en 1.48%.

 

 

El mismo comportamiento tuvieron las bolsas en América Latina, donde Bovespa de Brasil se incrementó en 1.01%; el Merval de Argentina en 2.22%; en IPSA de Chile aumentó en 0.54% y el Lima Índice General de Perú se incrementó en 0.54%. Pero en México, sacudido este lunes por la fuga del capo de las drogas Joaquín “El Chapo” Guzmán el sábado por la noche, las cosas no mejoraron sustancialmente, el IPC de la Bolsa Mexicana de Valores apenas avanzó en 0.17% y el pesó se devaluó frente al dólar, cotizándose en 16.10 pesos por divisa estadounidense.

 

 

Ni en la reunión del Eurogrupo del sábado ni en la Cumbre de los líderes de la zona euro del domingo se habían logrado alcanzar acuerdos para poner fin ala crisis de la deuda griega. No fue sino hasta este lunes, cuando los gobiernos de la zona del euro obligaron a Grecia a realizar concesiones, a fin de poder legar a un acuerdo que permita iniciar las negociaciones sobre un tercer plan de ayuda de 86 mil millones de euros, que permita hacer frente a sus compromisos financieros, reactivar su economía y mantenerse en la zona del euro.

 

 

Aunque el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, declaró que después de 17 horas de negociaciones, el acuerdo había sido laborioso, pero pese a ello se había llegado a él y de los compromisos adquiridos no había ganadores ni perdedores, y pese a que Juncker señalara que el pueblo griego no había sido humillado, ni los europeos habían perdido el respeto de Grecia, en realidad después del rechazó en el referéndum del domingo 5 de julio a las políticas de austeridad de los acreedores de Grecia con más del 61% de los votos, al aceptar el gobierno de Alex Tsipras, primer ministro griego, las condiciones de los acreedores para obtener el apoyo financiero necesario para superar la crisis, la mayoría de los griegos han perdido la batalla frente a la austeridad, a cambio de seguir dentro de la zona del euro.

 

 

Las políticas de austeridad, en contra de las cuales estaba el gobierno de Alex Tsipras y la mayoría de los griegos, posición que le permitió ser elegido como primer ministro, han ganado la partida finalmente. Aunque doloroso para Grecia, y no menos para Europa, lo lógico hubiera sido dejar la zona del euro, arrinconar a los europeos y no lo contrario como ha sucedido finalmente, pues la salida de el país helénico de la zona del euro hubiera producido una fisura en la integración monetaria y bancaria europea; pero también habrían perdido a un aliado en el Mediterráneo, empujándolo a los brazos de Rusia y China.

 

 

Finalmente, no triunfó la razón en el caso griego, sino la ortodoxia y el miedo; el miedo al colapso de la economía griego con los bancos cerrados y descapitalizados, a la necesidad de imprimir su moneda y volver a diseñar su propia política monetaria, la cual no tienen hoy. Ello habría permitido, con el tiempo, renegociar su deuda y pagarla, tal como lo ha hecho Argentina; pero también les habría permitido a los griegos comenzar a producir y aumentar sus exportaciones, a incrementar sus ingresos por turismo; les habría permitido reposicionarse dentro de la geopolítica de Europa.

 

 

No es Alex Tsipras quien ha sido humillado hoy, sino ese 61% de los ciudadanos griegos que rechazaron los planes de austeridad de los acreedores, los miles de griegos que llevaron a Tsipras al poder hace cinco meses, para ponerle fin a los cinco años de austeridad y empobrecimiento del pueblo.

 

 

Los principales puntos del acuerdo entre Grecia y sus acreedores son, la exigencia de los acreedores de que Alexis Tsipras someta a la aprobación del Parlamento griego las reformas acordadas (15 de julio), entre las cuales se encuentran el aumento del IVA, la reforma de las pensiones, la independencia de la Oficina de Estadística y el establecimiento de los recortes al gasto, la adopción de un nuevo Código de Procedimiento Civil y la transposición de la Directiva Europea sobre la liquidación de los bancos en quiebra.

 

 

Además, tomando en cuenta el deterioro de la economía, del sistema bancario y de las finanzas públicas, Grecia deberá reforzar las medidas de austeridad y reformas para generar más ingresos fiscales. Estas medidas incluyen la completa liberalización de los diferentes sectores de la economía, incluida la energía y el mercado de trabajo.

 

 

Grecia deberá seguir con las privatizaciones para crear un fondo que se ubicará en Luxemburgo, el que generará dinero, ya sea a través de la privatización o de los beneficios, que podrá utilizarse para recapitalizar los bancos, para amortizar deuda pública y para invertir en la economía griega. Otros compromisos están relacionados con un ambicioso programa de modernización de la administración pública y la despolitización del Estado, el cual será impulsado por la Comisión Europea.

 

 

Hasta la conclusión de un tercer paquete de rescate, Grecia tendrá que hacer pagos vencidos. El del 30 de junio por 1,600 millones de euros del Fondo Monetario Internacional (FMI), al que además deberán pagar 700 millones de euros el lunes próximo. El pago al Banco Central Europeo (BCE) por 3 mil 500 millones de euros en bonos, con vencimiento el 20 de julio, seguido del pago de 3.2 millones de euros un mes más tarde. Por lo que, según los funcionarios europeos, desde ahora hasta el 20 de julio Grecia requiere un mínimo de 7 mil millones de euros diarios. Todos esos recursos podrían ser desbloqueados por el Eurogrupo, que podría prestar dinero para un período de transición.

 

 

La moraleja de esta tragedia griega es que ningún país está lejos de sufrir los efectos de una crisis hoy, no importa donde se encuentre el país que la padece. La economía mexicana ha sido afectada por la inestabilidad financiera internacional y el aumento de la desconfianza de los inversionistas, el aumento de la devaluación del peso es la mejor expresión de ello. Pero también, los países desarrollados deberán entender que no pueden seguir viviendo por encima de sus posibilidades, pues tarde o temprano se harán presentes los problemas de liquidez y, en un mundo globalizado, todos los países sufren las consecuencias de las malas decisiones en política económica.

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