Home General Ser mujer: una lucha individual, un movimiento al que nos tenemos que sumar: Enid Carrillo

Ser mujer: una lucha individual, un movimiento al que nos tenemos que sumar: Enid Carrillo

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“La lucha más complicada se da en lo individual, y es una lucha constante y no tan escandalosa, ya que ocurre en lo individual, cuando defiendes lo que eres en tu integridad como mujer, cuando defiendes el no querer verte o comportarte como dijeron que tenías que hacerlo. Hoy esta fecha debería servirnos para sumarnos al movimiento y no sólo a una marcha de un día. Es necesario que las mujeres comencemos a admitirnos dentro de la batalla que han comenzado mujeres que nos precedieron en el camino”, declaró, para Diario Plaza Juárez, la escritora y académica, Enid Carrillo Moedano.

08 de marzo

Lo anterior, en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer. Por lo que la académica de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), apuntó que se debe recordar la esencia del movimiento feminista, los propósitos que ha tenido la lucha de la mujer durante décadas, y evitar que con la mediatización de la fecha esta sea utilizada como un referente para tomarse una foto durante una marcha o bien generar estadísticas por parte de los gobiernos, y no olvidar  que hay una batalla que se debe afrontar cada día.

“En lo individual es donde se ganan las batallas más difíciles y no en el anonimato, en el efecto manada que supone el movimiento en un espacio público o masivo. La conmemoración de esta fecha, al igual que la lucha en colectivo y en lo individual, son necesarias hoy más que nunca, hay muchas mujeres que todavía no se sienten parte de la lucha y es importante que sientan en este movimiento la tradición que nos ha beneficiado como mujeres en una nueva generación”, enfatizó.

Ser escritora en Hidalgo

La también ganadora del Premio Estatal de Cuento, Ricardo Garibay 2018, comentó parte de su experiencia en el mundo de las letras, en la generación de espacios donde la mujer pueda realizarse en el oficio y carrera de escribir, “hay que reconocer que había pocos espacios, cada vez hay más espacios  para escribir y para leer lo que escribes, y cada vez hay más mujeres en esos espacios”.

Y agregó “creo que es importante destacar que hay grupos de escritores (hombres), en donde raramente se lee la creación de la mujer en un mismo estándar de valor técnico y literario, esto no pasa incluso ni ganando un premio, escribiendo o publicando libros, es importante que se abran espacios, y estamos viendo que al menos en Pachuca se está haciendo, aunque se podría caer en el error de crear una élite femenina y estar en un mismo error como los hombres. No se trata de segregar, es importante que se mire lo que realizamos las mujeres con respeto”.

Dejar el protagonismo

De igual forma, apuntó que lo que sucede con el movimiento cultural en Pachuca ocurre con el movimiento feminista, en donde explicó que al abrir espacios, al lograr diversificar, también se generan grupos, asociaciones que no siempre buscan luchar en conjunto, hombro a hombro, sino que se generan protagonismos que terminan por confrontarse y desquebrajar los movimientos.

“En ese sentido ha habido avances, mujeres que buscan profesionalizarse, que buscan otras alternativas muy diferentes a la concepción tradicionalista en donde sólo se veía a la mujer como la ama de casa encargada de tener, cuidar y sostener a la familia. Pero al mismo tiempo hay choques entre grupos”, agregó.

Alto a la violencia

Finalmente, refirió que es necesario que se establezcan mecanismos para erradicar la violencia, y para esto aseguró que es necesario que se avance de manera integral desde la estructura, la esfera social y la cultura, ya que es inconcebible mirar que las estadísticas de mujeres golpeadas o violentadas incrementa cada día, así como otras problemáticas como los embarazos prematuros.

“El cambio por el que luchamos, tiene un camino muy largo, un camino que comenzaron otras mujeres y al cual nos debemos comprometer a seguir, ya que mientras vemos grandes avances de mujeres jóvenes, por ejemplo mis alumnas de bachillerato, que tienen plena conciencia de que ellas deciden sobre su cuerpo, que ellas son capaces de tomar decisiones, hay otras que aún creen que “tienen el destino” de seguir el modelo arcaico y tradicionalista que impuso por años el sistema, la educación, la cultura, el propio entorno”.