FUTBOLISTAS VEMOS, PERO ÍDOLOS YA NO TENEMOS

#SI JUEGO LEJOS DE TI
    •    LOS ÚLTIMAS DOS GRANDES FIGURAS del Futbol Mexicano fueron el controvertido Cuauhtémoc Blanco y Rafael Márquez


DECLARACIÓN
“Dejando de lado Madrid y Barcelona, vamos a nosotros los mortales. En un ejercicio individual, los invito a pensar si tuvieron de niños un ídolo jugando en el futbol mexicano. En los 70, por ejemplo, ahora que está de moda “ROMA”: Horacio, Bustos, Marín, ‘Kalimán’, hablando de Cruz Azul; Reinoso, Borja, ‘Pata Bendita’ si el América. En mi caso, Toño Mota, Carlos Albert y el ‘Huesos’ Montoya, con Necaxa”, Andere

En la dinámica actual del fútbol, el cambio hace bien y la búsqueda continua lo enriquece. Los equipos top van marcando la pauta y se llevan lo mejor. Pero muy pocos, en el análisis, se dan cuenta del daño que le van haciendo a la afición y al propio balompié, no sólo en México, sino en el mundo entero, al llevarse a los mejores jugadores e ir formando así mejores equipos. Paradójico, ¿verdad?


Dolor para una afición y algarabía para otra. Profesionalismo. Mercado. Cartera.
Me veo en Milán a nada de iniciar la temporada y la noticia en los puestos de periódicos es la llegada de Cristiano Ronaldo a la Juventus. Me sitúo en Madrid esta semana del 0-3 y el clamor popular es: “¡Cómo te extraño CR7!”. Sé que me fui al extremo, al ejemplo supremo, a los dos grandes de España y del mundo, pero —partiendo de ahí— en esa búsqueda por mejorar, el problema va más allá.


Dejando de lado Madrid y Barcelona, vamos a nosotros los mortales. En un ejercicio individual, los invito a pensar si tuvieron de niños un ídolo jugando en el futbol mexicano. En los 70, por ejemplo, ahora que está de moda “ROMA”: Horacio, Bustos, Marín, “Kalimán”, hablando de Cruz Azul; Reinoso, Borja, “Pata Bendita” si el América. En mi caso, Toño Mota, Carlos Albert y el “Huesos” Montoya, con Necaxa. No voy a explicar mis razones, pero tenía 7 años. Mis amigos y yo, cada uno, defendía a su equipo hablando de ídolos. Tenía unos cuates que le iban al Toluca, todo era Albino Morales y Vicente Pereda.
Cuando quise, más adelante, seguirle yendo a Necaxa, “desaparecimos y nos hicimos” Atlético Español. ¿Saben por qué quiero a Tomás Boy? Porque no era “tigre”, era “toro”, y cuando se la daba por la derecha a la “Cobra” Muñante, ya estaba listo Ricardo Brandón para meterla. (Me emocioné, disculpen).
Pero es individual el ejercicio y viajen por favor a sus 7 ó 10 años.


Ahora vamos a los 80 o a los 90. Nos alcanzó el destino y, después de Rafa Márquez, Cuauhtémoc Blanco, Jared Borgetti, ¿a qué futbolista mexicano ubicamos en México como un ídolo al que queremos y podemos ir a ver?


Cuando un jugador emigra, es cierto que da gusto. Tenemos esperanza de un mejor futbol como país. Pero cada día es más difícil identificarnos con unos colores.
La regla 9/9, la inmediatez, la convulsión en redes sociales, el alto costo de la vida, la globalización; pero la falta de identidad a través de una figura emblemática tricolor, jugando y metiendo goles en el futbol mexicano, está haciendo un vacío que, cuando volteemos a ver, no vamos a tener cómo llenar.
De cierto, ya le voy al Betis, manque pierda, por aquello de Guardado y Lainez.

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