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A tan solo un brazo

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RELATOS DE VIDA

Si estuviera participando en el juego “el que parpadea pierde”, Esteban se coronaría como el campeón de los campeones; sus párpados no se han juntado, y de haberlo hecho, ocurrió a la velocidad de la luz.
Intentaba disfrutar de cada segundo, no quería perder detalle; desde que inició la preparación se ha mantenido alerta, atento y fuerte, en lo que cabe, sin pensar en las consecuencias, solo en cumplir la promesa hecha, “te protegeré, hasta con mi vida”.
El reloj de la pared de enfrente marcaba las 12 y la última vez que lo vio, cuando la primera aguja penetró su torneado brazo, la manecilla pequeña apuntaba hacia el 10; el tic – tac anunciaba un próximo final, y la temperatura corporal lo confirmaba.
Recostado sobre su lado derecho, el próximo héroe se perdía en el rostro de la persona que se encontraba en la cama contigua, haciendo un recorrido escrupuloso de la cara, única  parte del cuerpo de su vecina, visible.
En cada vistazo penetraba cada detalle, el blanco tono de la piel, que contrasta con el rosado de los pómulos, pestañas largas y onduladas, cual columpio en movimiento; nariz respingada y unos delicados labios que por su forma y grosor, llamaban a creer y asegurar que quiere seguir viviendo y poder ser besada.
Los minutos parecían segundos y Esteban no deseaba cerrar los ojos, pero estaba seguro que era la única forma de salvarle la vida, la temperatura seguía bajando, y el desenlace estaba más cercano, no quiso perder tiempo y trato de estirar su brazo para poder acariciar su mejilla por última vez.
En poco tiempo él dejaría de tener vida para dársela a su pequeña hija que necesitaba un corazón con urgencia, no dudó en tomar la decisión, comenzó con el trámite legal y médico, además de un vídeo para que su hija lo pudiera ver cada vez que quisiera y no lo olvidará.
Estaba a unos cuantos centímetros de lograrlo, pero la inyección actuó, no alcanzó a tocar ni un milimétrico vello, en el intento su brazo se desvaneció y su estancia en el mundo culminó, quedó a tan solo un brazo de distancia, pero su acción ayudará a que su hija recorra millones de distancias.