Vecinos de la comunidad de Santa María Nativitas, afirmaron que la bomba y el tablero que echaron a andar el pasado lunes, en el manantial de la laguna de San Juan Hueyapan, les pertenece, ya que fue adquirido con dinero de cooperaciones.

Dicha acción, a pesar de que el manantial está suspendido por presunta contaminación por hidrocarburo, la  justificaron al considerarla como una necesidad de tener agua, pues el abasto mediante pipas no ha sido suficiente hasta el momento.

Afirmaron que la comunidad presenta mal olor debido a que por las redes de drenaje no ha corrido agua y esto derivó en la suspensión de clases en la telesecundaria y la primaria 1° de Mayo de esa comunidad, situación negada por la SEP Tulancingo.

“En un consenso decidimos echar a andar la bomba pues estamos desesperados por la falta de agua, no podemos estar así”.  

Recordaron y pidieron cumplir con una minuta firmada el 17 de enero en presencia del secretario de Gobierno, Simón Aguilar Vargas, y el subsecretario Juan Luís Lomelí Plascencia, así como la diputada local, Rubí Miranda Ayala, y quien entonces era la encargada de Gobernación de esa región, Selene Peña Ávila.

Como parte de los acuerdos, se señaló que el gobierno estatal revisaría junto con la Comisión estatal del Agua y Alcantarillado (CEAA) y con la presidencia municipal, la forma en que las pipas eran entregadas a los afectados, además garantizar condiciones óptimas.

También acordaron la distribución de agua a Santa María directamente por parte de CEAA; investigar los cambios de dirección y determinar el dar o no continuidad a los Usos y Costumbres para la elección del director del organismo operador del agua.

Uno de los afectados reiteró que dicha petición se hizo nuevamente ante el gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, durante la visita del presidente, Andrés Manuel López Obrador, a Tulancingo y el primero acordó atenderlos pero hasta el momento no los ha contactado.