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PATS, UN LINAJE PARA RATIFICAR

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#NFL
    •    Un ciclo de 18 temporadas en las que Nueva Inglaterra se quitó los pañales con el gol de campo de Adam Viniatieri para caminar rumbo a la madurez que ahora gozan, al presumir cinco anillos de campeones




Priiii… de forma oficial estamos en la semana del Super Bowl LIII.  Ayer por la noche fue  la única ocasión, antes del gran juego, en el que Patriots y Rams compartieron el mismo espacio cuando se reunieron con los medios de comunicación, de forma relajada y extravagante.
Un grupo de comediantes  la hicieron de reporteros, en tanto, que los reporteros siguieron con su trabajo, en busca de la respuesta que se vuelva viral como sucedió hace dos años cuando Tom Brady lloró al reconocer que desde pequeño su más grande héroe es su papá.
Por los siguientes seis días, leeremos y escucharemos tantas veces como si fuera una tendencia, que los Patriots intentarán ganar su sexto Super Bowl en la misma fecha y contra el mismo oponente (Rams, 3 de febrero de 2002), donde la dinastía comenzó. 
Un ciclo de 18 temporadas en las que Nueva Inglaterra se quitó los pañales con el gol de campo de Adam Viniatieri para caminar rumbo a la madurez que ahora gozan, al presumir cinco anillos de campeones.
¿Si esa patada de 48 yardas no hubiera entrado, los Rams serían los Patriots y los Patriots los Rams?, será la pregunta que más de uno intentará resolver. 
Un problema de vidas cruzadas que necesitará más dedicación que el proyecto escolar de un niño de 10 años de Kentucky, quien ganó la feria de ciencias de su escuela al “demostrar” mediante matemática que Brady es un tramposo al lanzar balones desinflados.
El Super Bowl LIII es un contraste de lo familiar con la novedad, la experiencia con la juventud. Nueva Inglaterra se ha convertido en una parte tan importante del gran domingo como los comerciales de Doritos, el espectáculo de medio tiempo y las toneladas de guacamole.
La mayoría de los jugadores de los Rams harán su presentación en un Super Bowl; de hecho, entre los 53 que conforman la plantilla, apenas cuatro cuentan con experiencia en el gran juego. 
Los Patriots, en comparación, tienen entre sus filas a 38 elementos que, por lo menos alguna vez, ya pisaron el escenario más grande del deporte estadounidense, incluyendo a Tom Brady (va por su novena), quien tiene más apariciones en febrero que Luis Miguel en el Auditorio Nacional. 
Ahora, avecindados en Los Ángeles, los Rams regresan a Atlanta, donde consiguieron el que hasta ahora es su único campeonato de la NFL (30 de enero del 2000 vs Titans de Tennessee), para pelear por un poco de la gloria que esa patada de Viniatieri les arrancó, cuando aspiraban a la gloria eterna de una dinastía.
El mundo ha cambiado en 19 años, el Georgia Dome fue reemplazado por el Mercedes Benz Stadium, con una construcción valorada en mil 600 millones de dólares. Los Rams no son la dinastía que prometían al principio del milenio y los Patriots son el equipo de los millennials.

¿Por qué Atlanta no odia a los Patriots?
Por otro lado, es difícil imaginar que la afición local no sienta amargura al recordar la forma en que los Patriots entristecieron en 2017 a la ciudad, al arrancarle a los Falcons el trofeo Vince Lombardi en la mayor remontada en la historia del Super Bowl.
Pero es que el verdadero amor en este estado no es la NFL sino el futbol americano colegial, por lo que aquella noche de Houston en la que Tom Brady consiguió su quinto campeonato, no rompió tantos corazones como se pensaba.
“La verdad no me importa en lo más mínimo que los Patriots estén jugando el Super Bowl en Atlanta, soy aficionado de los Falcons, pero no hay dolor”, dice Rich Alexander, gerente de un restaurante en el centro de la ciudad.
Aquí está el trato: A diferencia de muchos estados que cuentan con equipos profesionales, Georgia es más territorio de futbol americano colegial.
Los Bulldogs de la universidad de Georgia que juegan a una hora y media de Atlanta, son la verdadera razón por la que hay que reír o llorar en un fin de semana.
Desde que los Patriots vencieron a los Falcons en Houston, los Bulldogs perdieron un campeonato nacional universitario y uno de la conferencia SEC ante Alabama. Lo común entre Falcons y Bulldogs es que fue en tiempo extra.
“Las derrotas de la universidad fueron un funeral. En el ambiente había pesadez por lo que sucedió. Fueron difíciles esos días”, completó Alexander.
Atlanta es sede del Salón de la Fama de futbol americano universitario, un punto para entender lo que significa sus atletas NCAA.
Todd Gurley, un viejo héroe local regresa con los colores de los Rams, el motivo por lo que esta ciudad de podrá identificar con los contrarios, pero en absoluto porque odien a los Patriots.