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Deserción: Asunto medular en la agenda educativa del nivel medio superior (XV)

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DINÁMICA EDUCATIVA

(Para el anecdotario: Ésta es mi colaboración 400. Inicié en Diario Plaza Juárez el tercer jueves de enero de 2007).

(Tomado del: Reporte de la Encuesta Nacional de Deserción en la Educación Media Superior, 2012)


                “De los padres de los desertores 54.6 % considera que ellos o alguien más de su familia, pudieron haber hecho más para evitar que su hijo(a) abandonara los estudios. Las principales acciones mencionadas, que ellos o algún otro miembro de la familia pudieron haber tomado para evitar que sus hijos abandonaran la escuela, fueron platicar con ellos sobre sus problemas, haberles ofrecido más apoyo académico y haber sido más estrictos con ellos.

El 54.5 % de los padres de los desertores consideró que la escuela pudo haber hecho un mayor esfuerzo para evitar que sus hijos desertaran. Entre estos esfuerzos, se mencionan, que la escuela pudo haberle ofrecido más apoyo académico, mejor orientación vocacional, tener más comunicación con los padres y haberle otorgado una beca.

Principales resultados de la encuesta.

Factores individuales.

Maternidad, paternidad y embarazo.

A continuación se exponen los principales resultados de la ENDEMS agrupados en factores individuales, educativos y sociales, entendiendo que esta clasificación puede facilitar la presentación y comprensión de los resultados.

Se expondrán los resultados más importantes con respecto a los factores individuales que comprenden aquellos que forman parte del entorno más cercano al estudiante y a la esfera de su hogar y su familia.

El hecho de que un estudiante de Educación Media Superior se case o se convierta en padre o madre es uno de los principales factores asociados a la deserción. Entre los desertores ocurrió con mayor frecuencia el embarazo o la unión con la pareja:

Al 15.8 % de los desertores y al 2.7 % de los no desertores, les ocurrió que se embarazaron, embarazaron a alguien o tuvieron un hijo. En particular, el 23.8 % de las jóvenes desertoras se embarazó o tuvo un hijo mientras estudiaba.

El 15.2 % de los desertores y el 2.2 % de los no desertores se casaron cuando estudiaban la Educación Media Superior.

De hecho, los desertores manifestaron expresamente que entre las principales razones asociadas a su decisión de abandonar los estudios se encuentra tanto el embarazarse, embarazar a alguien o tener un hijo, así como el casarse:

En esta misma línea, los resultados del modelo predictivo indican que la probabilidad de desertar, si el joven se embaraza, embaraza a alguien o tiene hijos, es mayor en 27 puntos porcentuales con respecto a quien no le ocurre. Asimismo, la probabilidad de desertar si el joven se casa incrementa en 25 puntos porcentuales con respecto a los que permanecen solteros. En ambos casos, tanto los jóvenes casados como aquellos en situaciones de embarazo o con hijos, tienen una probabilidad de desertar mayor a 60 %.

El gusto por el estudio.

La falta de gusto por el estudio resultó una característica muy relacionada con el fenómeno de la deserción: El 26.5 % de los desertores mencionó que en algún momento mientras cursaba la Educación Media Superior sintió disgusto por estudiar, esto en comparación con el 7.9 % de los no desertores.

Además, fue la segunda razón más recurrida por los desertores para explicar por qué no concluyeron sus estudios: El 7.8 % de los desertores consideró que la falta de gusto por estudiar fue la principal razón por la cual abandonó los estudios, y el 17.8 % pensó que ésta fue uno de los tres principales motivos para desertar.

De acuerdo al modelo predictivo, la probabilidad estimada de deserción es mayor en 17 puntos si al joven le disgusta estudiar.

Nivel de estudios de los padres, hermanos y amigos.

La encuesta revela que el nivel de estudios de los padres así como la escolaridad de las personas cercanas a ellos son características distintivas entre desertores y no desertores: De los jóvenes no desertores, el 55.2 % tiene al menos un padre que inició la Educación Media Superior; los desertores, en cambio, sólo el 34.9% reporta esta característica.

Por otra parte, uno de cada cinco desertores (19.9 %) mencionó tener hermanos que también habían abandonado sus estudios en este nivel educativo. La misma circunstancia es reportada por uno de cada diez no desertores (9.6 %). En relación con esto se puede agregar que mientras menor es el ingreso familiar mayor es el porcentaje de jóvenes con hermanos desertores.

De modo coherente con lo anterior, el modelo predictivo muestra que la probabilidad estimada de deserción de un estudiante tiende a ser menor, conforme es mayor la formación académica de los padres, aunado al hecho de no tener hermanos desertores:

Tener al menos un padre con estudios iniciados de educación superior significa tener una menor probabilidad de desertar en 17 puntos porcentuales, en comparación con los estudiantes cuyos padres no terminaron la primaria.

Tener hermanos que desertaron de la Educación Media Superior implica una mayor probabilidad de desertar en 11 puntos porcentuales.

Condiciones del hogar y la familia.

En términos generales, la encuesta revela que el hecho de mantener relaciones estrechas de apoyo, confianza y colaboración entre los estudiantes, su familia y en particular con sus padres, está asociado favorablemente a la permanencia en la Educación Media Superior.

Los jóvenes que reportaron tener problemas personales con sus padres tienen una probabilidad de desertar mayor en 9 puntos porcentuales respecto a quienes dijeron no tenerlos.

El interés de los padres hacia el resultado académico de los hijos también podría influir positivamente en la permanencia escolar: El porcentaje de padres que apoyaron más en la preparación de exámenes, trabajos y tareas es mayor en 10 puntos porcentuales entre los estudiantes no desertores. Aunado a esto, un mayor porcentaje de padres de los jóvenes que no desertaron fueron estrictos con sus hijos en el aspecto académico.

También hubo diferencias en cuanto al apoyo económico otorgado por los padres a los alumnos: Mientras el 77.9 % de los padres de los jóvenes no desertores ofrecieron apoyo económico al hijo, 65.8 % de los padres de jóvenes desertores también lo hicieron, esto es 12.1 puntos porcentuales menos.” (Continuará).

*Responsable de la Rectoría de la Universidad Tecnológica de Mineral de la Reforma (UTMiR).