RELATOS DE VIDA
Una parada para tomar aliento, para respirar tranquilamente, para estirar piernas, manos y dorso, y todos los músculos que por algún momento se encontraba encogidos por la rutina diaria que amerita estar sentado.
Una parada para preparar un café, elegirlo tranquilamente y degustarlo de a poquito, en tanto se prende un cigarrito y se acompañan para hacer una pareja que no solo despierta sino que reanima para continuar con las labores.
Una parada para platicar, hacer una llamada al ser especial, amigo, familiar o conocido, incluso al jefe, ya sea para preguntar, aclarar dudas, invitar a salir, o bien para chismear, la comunicación, siempre es amena cuando se tiene un poco de tiempo.
Una parada para ir al baño, satisfacer necesidades fisiológicas, lavarse la cara y despertar del cansancio; para limpiarse la nariz, maquillarse, arreglarse o también cambiarse para llegar a una cita.
Una parada rumbo a casa, después de salir del antro, de la cena, del compromiso, del baile del cine, para comprar un dulcito, una botana o también unas cervezas para seguir la fiesta, hasta unos condones para seguirla bien y seguro.
Una parada en una tienda con colores amarillo, naranja y blanco, puede significar muchas cosas, pero habitualmente representa un suspiro a la cotidianeidad.