Algunas de las personas a las que se les despidió fueron llevadas a su última morada y al propio templo donde recibirían la bendición acompañados de banda y mariachi, lo que hizo todavía más emotiva la partida de los primeros cuerpos tras la tragedia que el pasado viernes marcó al municipio de Tlahuelilpan.
En medio del dolor, la tristeza y lamentaciones, se llevaron a cabo la tarde del lunes siete sepelios más de las 91 personas que hasta la tarde de ayer se contabilizaban que perdieron la vida en la explosión del ducto, derivada de una toma clandestina, registrada el pasado viernes en la comunidad de San Primitivo.
A las siete personas que ayer recibieron cristiana sepultura se sumaron tres más que fueron despedidas el mediodía del domingo, cuya misa estuvo encabezada por el obispo de la Diócesis de Tula, Juan Pedro Juárez Meléndez, quien ofició la eucaristía acompañado de varios sacerdotes.
El domingo se ofreció una misa de cuerpo presente, en el templo de San Francisco de Asís en memoria de Misael, César y Mario, mientras que al medio día de este lunes, feligreses, familiares y amigos participaron en la misa de cuatro más de los fallecidos. Ya por la tarde se ofició la celebración religiosa para despedir a Ricardo, Jonathan y Luis Antonio.
A nombre de la iglesia católica, Juan Pedro Juárez Meléndez ofreció sus condolencias a los deudos y expresó su pesar por el sufrimiento que están viviendo las familias tras los hechos inesperados que cobraron la vida de varias personas, por quienes pidió elevar sus oraciones.
Durante los sepelios el llanto, la tristeza y las lamentaciones no se hicieron esperar, ya que los deudos no podían creer que habían perdido a un ser querido, aunque se dijo como parte de la homilía que “no los han perdido, sino que sólo se durmieron”.
Se dijo que si había dolor, “es porque existe amor” y que eso no podían perderlo de vista, y que menos se debe perder ese sentimiento que dará fortaleza para enfrentar el dolor.
Algunas de las personas a las que se les despidió fueron llevadas a su última morada y al propio templo donde recibirían la bendición acompañados de banda y mariachi, lo que hizo todavía más emotiva la partida de los primeros cuerpos tras la tragedia que el pasado viernes marcó al municipio de Tlahuelilpan.