La defensa de PEMEX a cualquier precio

NÚMEROS CLAROS
No es fácil hacer frente al robo de combustibles en el país, sobre todos si se trata de un negocio millonario en el que no sólo participa el crimen organizado, sino funcionarios de PEMEX sin escrúpulos

En 1973, en Chile, el golpe de Estado se gestó después de un período de inestabilidad social y especulación desatada por la oposición al gobierno del presidente Salvador Allende. Hoy en México, después de un período de desorientación, la oposición al proyecto del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador podría ir acumulando fuerza y argumentos para cuestionar su gobierno.
Más que el accidente en el que murió la Gobernadora de Puebla y su esposo, el Senador Rafael Moreno Valle, la especulación desatada con la escasez de carburantes, podría ser calificada como una primera crisis que enfrenta el nuevo gobierno de México. No es fácil hacer frente al robo de combustibles en el país, sobre todos si se trata de un negocio millonario en el que no sólo participa el crimen organizado, sino funcionarios de PEMEX sin escrúpulos, los cuales han transitado de sexenio en sexenio bajo la impunidad, amasando cuantiosas sumas de dinero y drenándolas fuera del sistema financiero nacional a través de empresas fantasma.
Sin duda alguna, ya sea que se trate de un ordenamiento en la distribución de hidrocarburos y el aseguramiento de los ductos de PEMEX o de una escasez propiciada por los distribuidores, este ha sido un ensayo de lo que la oposición al gobierno del presidente López Obrador podría hacer para desestabilizar su gobierno y provocar el enojo de los ciudadanos; tema que deberá considerar el gobierno y tener opciones para enfrentarlo, pues un desabasto generalizado de hidrocarburos en el país podría paralizar la economía y desatar la especulación sobre la gobernabilidad.
Son muchos los enemigos del proyecto del presidente, pero para cada uno de ellos deberá tener una respuesta, entre ellos los que han hecho del robo de hidrocarburos un negocio rentable, seguramente, planeado desde la comodidad de sus oficinas en PEMEX, algo que más temprano que tarde el presidente informará a los mexicanos, quienes desean ver a los culpables y conocer sus nombres, al igual que sesean ver tras la rejas a quienes han robado al país en todos estos años, mientras se multiplican los pobres, la violencia, la inseguridad y el crimen organizado.
Siendo PEMEX una empresa nacional y el baluarte de una nueva política petrolera, bien vale la pena no sólo protegerla para evitar su desmantelamiento a través de la reforma energética aprobada en 2013, sino poniendo al ejército para que resguarden sus instalaciones, su infraestructura; porque la lucha contra el crimen organizado y los saqueadores del país parece centrarse en el robo del petróleo nacional, esa parece ser una de las primeras batallas que el nuevo gobierno está llamado a dar y a ganar con el apoyo de todos los ciudadanos que votaron por su proyecto.
Sin duda, habrá incomprensión sobre la estrategia del gobierno para enfrentar a los criminales del petróleo, sobre todo cuando los ciudadanos ven afectado su trabajo diario y sus rutinas, pero poner fin a la “ordeña” de los ductos de PEMEX y atrapar a quienes tras la impunidad del poder han planeado todo, puede devolver la paz al país y contribuir a desmantelar las finanzas del crimen organizado; para lo cual, será importante la comunicación del gobierno con los ciudadanos y la transparencia para defender a PEMEX y el petróleo nacional.

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