Un Infierno Bonito

SAMUEL “LA PULGA”
Se acercaba el día en que Samuel “La Pulga” haría una pachanga de pelos, a pesar de que era un minero de San Juan Pachuca, iba a echar la casa por la ventana para celebrar una gran pachanga a su familia, la vecindad del callejón de Manuel doblado, en el barrio de la Palma, quedó muy bien arreglada, la adornaron a toda madre y los vecinos estaban listos para la gorra, la hija de la “Pulga”, “La Nena”, se casaba con “Goyo”, el hijo de don Pedro el cantinero, “El Chacho” iba hacer su primera comunión, presentaban en la iglesia por sus tres años de vida de a“La Meche” y bautizaban al “Pelón” pero también era el cumpleaños de “La Pulga”

Para padrino y compadre, habían invitado a Juan “El Pulques”, un maestro en preparar curado de su apodo.
“La Pulga” tuvo que trabajar como pinche burro durante mucho tiempo para celebrar ese acontecimiento, su vieja le daba muchas tortillas a la puerca para que engordara, porque ese día le iban a dar en la madre para hacer las carnitas y no se diga de las gallinas para que soltaran un buen caldo, como invitados de honor estaba el contratista de la mina, un gorrón de primera a las fiestas, llevaba a toda su pipiolera, contando a sus suegros, al encargado de la mina, que hacía ayuno de no comer dos días para llegar a desquitarse, al celador que chupaba a madres, el hocico lo tenia como de chango y algunos mineros que eran los compañeros de “La pulga” y diario le preguntaban.
    •    ¿Qué pasó pinche “Pulga”, me vas a invitar a la pachanga?

    •    Solamente que vayas de tacuche y lleves a tus hermanas.

    •    ¿De tacuche? a poco va hacer la fiesta de categoría.

    •    Ahuevo güey, invite a Obrador pero dijo que no podía venir, pero llegaba al recalentado.

Le dijo “El Chocolate”
    •    No mames pinche “Pulga”, me cae que te saliste ¿cómo es eso de que casamiento, primera comunión, presentación, bautizo y todavía tu cumpleaños?

    •    No es culpa mía hijo, lo que pasa es que los padrecitos, ya no quieren trabajar y hacen todo de un chingadazo, así reciben más lana que uno por uno.

Pasó una semana, por fin llegó la hora esperada por muchos, comenzó la fiesta. “La Pulga” se veía chistoso de traje, con zapatos de minero, de corbata de moño que parecía gato de casa rica. La “Nena” entró a la iglesia del brazo de su papá, es la primera vez que se peinaba, “El Chacho” vestido de blanco en la mano llevaba un Rosario, en la otra una vela y el libro, se sentía la gran cosa estando junto a su madrina doña Petra, una vieja que esta re buena, la “Meche” parecía muñeca de pastel, con su vestido color mamey, le pusieron una chalina que parecía la hija de los peluches, el que no dejaba de chillar era “El Pelón”, que cuando lo bautizó el padre, al echarle el agua, dio un grito muy fuerte que el acólito tiro el canasto de donde juntan las limosnas.
Al terminar la ceremonia religiosa, un montón de grandes y chicos de la vecindad, esperaba con ansias de que el padrino les aventara el bolo y le decían que fuera mucho porque si no el ahijado salía pedorro. Los invitados cada uno buscaba la forma de irse y ganar lugar en la casa del “Pulga”, cuando llegaron apenas pudieron entrar, había mucho invitado, habían contratado a don Trini, un músico clásico, que con su violín trataba de lucirse tocando como chillido de mosca, pero nadie lo pelo, lo que pedían los invitados era que les sirvieran un aperitivo de tequila para que no les diera chorrillo con las carnitas.
Los invitados tomaban a discreción, le entraban al pulque con muchas ganas. La vieja del “Pulga”, sus hijos y comadres, no se daba abasto en servir los platos de arroz de mole y de carnitas. Los que estaban con los padrinos en la mesa de honor se hacían pendejos y aunque les andaba del baño no se paraban porque les ganaban su lugar. Algunos comían parados con el plato en la mano “El Pulga” le dijo a uno de sus compadres.
    •    Discúlpeme compadrito pero no hay donde se siente, pero parado le cabe más

“La Pulga” lo que tenía de chaparrito lo tenía de chupador, abría el hocico como pelícano y se aventaba las cubas de un jalón, parecía que estaba en concurso, su vieja le fue a decir.
    •    Ya llegó más gente, no va alcázar la comida ni la bebida.

    •    No te apendejes, dile a Juancho que ponga el tocadiscos para que se paren a bailar y así dejen de chupar un rato.

Hicieron las mesas a un lado y comenzó la música tocando danzones, cha, cha, chá y lo que les pusieran era bueno, como ya estaba pedos cada quien sacaba a relucir sus pasos de buen bailarín, la fiesta era una verdadera olla de grillos, todos platicaban, cada loco con su tema y se juntaban en bolitas escuchándose fuertes carcajadas. “El Pulga” se le escapó a su vieja y se iba a chupar con sus cuates.
    •    Órale cabrones a lo que venimos.

    •    Salud, ¡aguas! ahí viene tu vieja.

    •    Déjala, si me viene a interrumpir tendré que desmadrarla públicamente. ¿Qué quieres?

    •    Ya se van los novios.

    •    ¿Y qué quieres irte con ellos? les vas hacer mosca, mejor quédate a chupar.

    •    Se quieren despedir de ti.

    •    Ahorita voy vieja, pero saluda a mis cuates van a pensar que estudiaste en una escuela de gobierno.

    •    Perdónenme señores, pero como ando muy ocupada pensé que ya los había saludado, pero están ustedes en su casa, vente viejo vamos a despedir a los muchachos, con su permiso.

    •    Ahorita vengo y nos aventamos una cruzada.

Cuando llegaron los novios estaba en medio de mucha gente, bailando la vibora de la mar, gritaban que aventara el ramo, después que le quitara la liga a la novia y comenzaron a gritar.
    •    Arriba los novios, beso, beso,

“La Pulga” le dijo a su vieja.
    •    Ya escuchaste quieren que me des un beso.

    •    Si no soy piedra.

La señora le dio la bendición a su hija, un abrazo a su yerno y comenzó a llorar, eso hizo enojar al “Pulga”.
    •    ¿Por qué chillas? nada más se van de luna de miel y regresan a la casa.

    •    Es que nunca me he separado de mi hija.

    •    Siempre hay primera vez, no vayas hacer lo que hicieron tus padres, se pusieron necios que los tuvimos que llevar a San Juan de los Lagos, pagándoles el viaje redondo. Adiós hijos que les vaya bien.

Se escucharon aplausos y porras para los recién casados y los fueron a dejar a la puerta de la vecindad y en la calle los esperaba don Beto con su carcacha para llevarlos a la Central de Autobuses. La fiesta siguió y todo era felicidad, varias familias comenzaron a despedirse, pasaba de la media noche, otros de los invitados se quedaron dormidos de borrachos en las mesas y otros estaban tirados en el patio, ya borracho “El Pulga’’ se subió a una mesa para agradecer a todos sus invitados y compadres por la fiesta que había salido a toda madre y les dijo:
    •    Muchas gracias a todos, por haberme acompañado a mi fiesta, por desearle felicidad a mi hija que va a formar su vida, ojala y no le salga como la mía de jodida, a mi hijo que recibió otro de los sacramentos al hacer su primera comunión, a mi hija que me dio gusto presentarla en la iglesia en sus tres primaveras y sobre todo a mis compadres y comadres, a mis jefes de la mina, a mis compañeros de trabajo, a mis vecinos que siempre me han echado la mano con su amistad y a mi vieja que me ha aguantado muchos años de pobreza, unos días sin comer y uno que otro madrazo. Quiero que todos llenen sus vasos para decir salud por este día. Órale vieja no te hagas guaje.

    •    Ya me la tome.

    •    Castigo por adelantarte todos con navajas nuevas. ¡Salud!

En esos momentos entró una pandilla de más de 20 de los “Piojos duros” pidiendo tomar, agarraban lo que encontraban que estaba servido en la mesa, “El Pulga’’ les dijo.
    •    Jóvenes, llegaron un poco tarde la fiesta, está por terminar y se terminó el chupe, si gustan bailar, o comerse un taquito de lo que haya, con mucho gusto y lo que les dije de bailar, lo tienen que hacer entre ustedes porque no hay parejas.

Uno de los vagos le mentó la madre al “Pulga” que enojado se bajó de la mesa y se armaron los madrazos todos contra todos, quebrando lo que había en la mesa, golpearon a los invitados, le pegaron a la vieja del “Pulga” y se salieron, en el piso de la casa había mucha sangre y todo tirado, parece que había pasado un huracán, cuando todo estaba en calma buscaron al “Pulga”, no lo encontraban, su señora lloraba porque pensaba que a lo mejor se lo habían llevado, pero al recoger todas las mesas, las botellas y vasos rotos, al quitar una pesada banca ahí estaba “El Pulga” apachurrado, lo habían matado.
Su señora se volvió loca de dolor, le gritaba muy fuerte en la oreja que despertara, pero era demasiado tarde. Después de una gran fiesta los que se habían ido regresaron y los que estaban se quedaron pero al velorio.

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