Ecatepec, víctima de pobreza y corrupción

Mochilazo en el tiempo

Lisset González Meléndez tiene 23 años y siempre ha vivido en el Estado de México, en la colonia Jardines de Morelos, en Ecatepec. Su abuela le platicaba que cuando llegaron en los años 90 casi todo era terreno baldío, pero la zona creció rápido por la facilidad que había para comprar tierras. Su familia es de las primeras que habitaron esta zona.
Lisset recuerda que cuando era pequeña le gustaba salir a jugar a la calle con los vecinos “teníamos una infancia muy libre”.
Hoy, donde vive Lisset, ya no se ve a los niños jugar en la calle o ir solos a la tienda. La delincuencia en este municipio ha afectado de muchas maneras la forma de vida de los mexiquenses, sobre todo cuando se trata de salir de sus casas.
Asaltos, desapariciones, feminicidios, secuestros, entre otros delitos, no eran temas comunes.
“Uno siempre está consciente de la delincuencia pero no nos damos cuenta qué tan grave está la situación hasta que le pasa a alguien que vive cerca de ti”, lamenta Lisset.
Ecatepec era un municipio rural. Pero este modo de vida se rompió cuando se instaló la fábrica de Sosa Texcoco S.A., en 1943.
Los trabajadores se asentaron con sus familias en esta zona. El gobierno del Estado de México estaba construyendo carreteras, corredores industriales y vías ferroviarias.
Ecatepec se conformó en un origen por pobladores de estados cercanos, como Michoacán, Puebla, Hidalgo y también de la capital, explica la doctora Patricia Román Reyes, especialista en migración, de la Universidad Autónoma del Estado de México.
Agrega que esta diversidad de ninguna manera es la causa de la violencia. “La violencia no tiene que ver con quiénes viven en Ecatepec, sino con las condiciones de vida que se les han impuesto”. La violencia tiene que ver con condiciones estructurales, con políticas neoliberales que condicionaron “altísimas tasas de desempleo y pobreza extrema”, además de que las leyes no se cumplen, señala.
Hoy en Ecatepec habitan un millón 841 mil personas, casi el 11 por ciento de los habitantes de este estado. Una cuarta parte de la población vive en pobreza extrema, según el informe anual sobre la situación de pobreza y rezago social de la Secretaría de Desarrollo Social de 2017.
De 1940 a 1960, es común encontrar notas en este diario sobre cuerpos sin vida y con señas de violencia arrojados al Gran Canal del Desagüe, sin que estos casos se resolvieran.
Hoy siguen encontrándose cuerpos con señales de tortura y violencia sexual en Ecatepec, de los cuales la mitad son mujeres.
El Estado de México declaró alerta de género en julio de 2015, la cual es un conjunto de acciones del gobierno para enfrentar la violencia contra ellas. Pero según datos de la Fiscalía General de Justicia estatal, en 14 meses y sólo en Ecatepec, se han reportado 48 homicidios dolosos de mujeres y 16 de hombres.
César Martínez, doctor en psicología criminal por la UNAM, explica que grupos del crimen organizado se “incuban” en lugares sanos y “generan sociedades enfermas e inseguras”.
Afirma que en ambientes violentos las mujeres y los niños son los más vulnerables. “Factores como la corrupción, la impunidad, donde ellos (los criminales) puedan moverse son el caldo de cultivo para una sociedad enferma… el patológico no sobrevive si no hay corrupción”.
La doctora opina cómo combatir este tipo de violencia: “en principio, se debe empezar a cumplir la ley. México es punta de lanza en el diseño de programas y políticas contra la violencia hacia las mujeres, el problema está en las posibilidades reales de cumplirlas. México tiene las leyes que podrían hacer posible que la violencia particular hacia las mujeres pudiera empezar a ceder”.
Román dice que “se debe aprender a respetar la vida, en general. Vamos a aprender que las diferencias entre hombres y mujeres no equivalen a superioridad o inferioridad. Cotidianamente deberíamos aprender a vivir con ese respeto”.
“Tomamos muchas precauciones: escondes tu dinero, cargas dos teléfonos por si te asaltan”, dice Lisset.

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