#NOTA ESPECIAL
• La NFL realizó una reunión ayer dentro del Coloso de Santa Úrsula donde recabaron información sobre el procedimiento que hizo la empresa Tarkett Sports que estuvo a cargo del cambio a pasto híbrido. Al final, se determinó que no habrá juego en el Estadio Azteca
La NFL canceló ayer el Monday Night que se llevaría a cabo en la Ciudad de México en el Estadio Azteca.
Las malas condiciones de la cancha del terreno de juego hicieron que la NFL decidiera que el duelo entre Rams y Chiefs del próximo lunes se juegue en Los Ángeles.
Expertos y miembros de la Asociación de Jugadores de la NFL visitaron hoy el Coloso de Santa Úrsula que comenzó con trabajos de mantenimiento y cambio de césped desde las primeras horas del día.
Mediante un comunicado, la NFL informó ayer martes que moverá el juego, programado para el lunes 19 de noviembre, al Coliseum Memorial de Los Ángeles en California.
Asimismo, cuando la NFL regresó a México en 2016, después de 11 años de ausencia, las visitas han estado señaladas por situaciones fuera del terreno de juego.
Hoy ocurre con el césped híbrido del Estadio Azteca. El inmueble que recibirá el lunes 19 de noviembre a los Rams de Los Ángeles y los Chiefs de Kansas City, los dos equipos con el mejor récord de la temporada, se encuentra en condiciones no óptimas, por lo que su realización no se llevó a cabo.
La NFL tuvo ayer a su personal en el Azteca. Los expertos del emparrillado revisaron el estado de la cancha y determinaron que no se realizaría el juego. En 2016, la NFL determinó cancelar el partido del Hall of Fame entre los Packers de Green Bay y los Colts de Indianápolis por el mal estado de la cancha sintética del Tom Benson Hall of Fame Stadium.
En la vuelta de la NFL a la Ciudad de México hace tres temporadas (2016), el juego entre los Texans de Houston y los Raiders de Oakland fue abrumado por la actitud de la afición mexicana. En el kickoff de los Texans, el grito del “¡Eeeee, P…! se escuchó por parte de los asistentes, volcados en favor de los Raiders.
Posteriormente, un láser fastidió al entonces quarterback de Houston, Brock Osweiler, quien en varias jugadas fue afectado por la luz verde. Asimismo, letreros que fueron previamente mosaicos de palabras de aliento, los lanzaron como aviones de papel hacia los jugadores.
Al año siguiente (2017), los Patriots de Nueva Inglaterra y los Raiders de Oakland volvieron al Estadio Azteca. Y las quejas nuevamente estuvieron a la orden del día. Los boletos para dicho choque se terminaron minutos después de que fueron puestos a la venta.
La NFL México envió un comunicado en donde anunció que la locura había terminado: las entradas estaban agotadas.
La experiencia no fue la ideal para los fanáticos, pues en ese momento, algunos reportaron que no pudieron adquirir los accesos en línea.
Sin embargo, pocas horas después del anuncio, portales de internet como Stub Hub, ya se podían adquirir los boletos.
Los juegos de 2016 y 2017, generaron un incremento de 86 millones de dólares brutos a los ingresos de la ciudad.
Estos incluyeron a 9 mil 500 visitantes internacionales principalmente de los Estados Unidos, y 21 mil 500 visitantes que viajaron de otras partes de México. Según NFL, en promedio, cada visitante internacional pasó más de cinco días en México.
Por otro lado, ayer el campo del Estadio Azteca recibió rollos de pasto nuevo para tratar de mejorar las condiciones del terreno previo al juego de la NFL entre Chiefs y Rams, acción que desconocía la Asociación de Jugadores de la NFL.
Debido a la situación, se tiene conocimiento que expertos en el tema por parte de la Asociación, viajaron a Ciudad de México para evaluar si el terreno cumplía con los requerimientos mínimos para celebrar un partido de futbol americano sin aumentar el riesgo de lesiones para los deportistas. Lamentablemente, al final se decidió que el Azteca se quedará este fin de semana sin Monday Night.