EMOTIVA TARDE DE TOROS EN LA VICENTE SEGURA

#ENTRE EL CALLEJÓN Y EL TENDIDO
    •    Interesante tarde de toros en el segundo festejo del Serial San Francisco 2018


Estimados amigos, con el placer de saludarles desde este espacio de Plaza Juárez. En otras colaboraciones ya nos hemos referido a los llamados “toreros modestos”, definición con que se refieren, en ocasiones de manera peyorativa, empresarios, periodistas y aficionados a aquellos toreros carentes de los medios necesarios para poder torear como debiera corresponderles, ya sea por falta de una adecuada administración de apoderamiento o por ser víctimas de los celos profesionales de las “figuras” del toreo, y que paulatinamente van cayendo en el infausto, y patético, círculo vicioso de no torear porque no los ponen y no los ponen por no torear, pasándose la vida en un ir y venir tocando puertas que no se han de abrir.
Toreros, todos, con valor, calidad en su toreo, determinación y deseos de agradar, que no les interesa enfrentarse a toracos de cualquier procedencia actuando en pueblos perdidos en la geografía taurina, toreros -algunos de ellos ya no tan jóvenes- que se aferran a su afición y a la ilusión que aún conservan por torear buscando lograrse un sitio importante en la fiesta brava, que en las pocas fechas que logran “ligar” en la temporada deben aceptar las condiciones que les imponen las administraciones de las figuras, que pasan las tardes de infinidad de domingos rumiando su impotencia al ver como un puñado de elegidos desaprovechan oportunidades sin el menor rubor, con la certeza de que mañana o pasado ya tienen otra fecha para “probar suerte”.
Toreros que las empresas para quitárselos de encima les inventan “jueves taurinos” o corridas de concurso de “orejas de oro”, enfrentándolos a encierros que no ofrecen garantía de triunfo y que sin embargo ellos lo buscan por todos los medios, toreros que bien pudieran ser incluidos en ternas al lado de dos figuras del toreo y seguramente no desmerecerían en sus actuaciones, pero probablemente ese sea el temor de aquellos que están toreando por encima de las 40 tardes al año, que uno de esos les apriete fuerte y los obligue a “pegarse un arrimón”.
El cartel de la segunda corrida de feria ofrecido por la administración de la Monumental Plaza de Toros Vicente Segura, lo integraron tres toreros que luchan por alcanzar un sitio de privilegio en la fiesta brava; Ernesto Javier “Calita” de 28 años de edad con nueve de alternativa; Antonio Lomelín de 25 años de edad, tres de alternativa, y Leo Valadez que cuenta con 21 años de edad y uno de alternativa, quienes se con toros de las Dehesas de San Miguel de Mimiahuapan, Begoña y Santa Teresa, propiedad todas ellas de Don Alberto Bailleres González, aun cuando fueron anunciados como de Begoña, un precioso lote de seis toros con edad, arriba de los cinco años y trapío.
Desgraciadamente, como lo comentamos la semana pasada, probablemente la poca difusión que se dio a los festejos de Feria, o porque el cartel lo integraban tres “toreros modestos”, los tendidos estuvieron prácticamente vacíos, con una asistencia de aproximadamente mil personas, lastima por los ausentes que se perdieron de una tarde de toros llena de valor, pundonor, entrega y honestidad de los alternantes.
Ernesto Javier “Calita”, hijo del matador en retiro Javier Tapia “El Cala”, en el primero de la tarde, un toro que no humilló y regateó las embestidas a base de porfiar logró algunos muletazos de calidad por el lado izquierdo mató de dos pinchazos y un bajonazo para escuchar palmas. En el cuarto de la tarde, después de que Leo Valadez cortara una oreja al tercero de la lidia, Calita, picado en el amor propio, se fue al centro del ruedo a recibir al burel y al intentar cambiarlo con una larga fue empitonado de fea manera, recibiendo una paliza que olía a tragedia, auxiliado por las asistencia el Doctor Francisco Chong, le aprecio una cornada grande pero limpia en la región inguinal izquierda (el parte médico indica que es de tres trayectorias de 12, 7 y 30 centímetros), en un gesto de valor y pundonor Calita permaneció en el ruedo, realizando una valiente faena en la que consiguió muletazos de calidad por el lado izquierdo que le fueron jaleados por el respetable que agradeció el valeroso gesto del torero, terminó con media en buen sitio y se le otorgó una oreja, para después pasar a la enfermería.
Leo Valadez, el más joven del cartel salió hecho un “jabato”, desde el saludo a su primero, tercero de la tarde, al que le cortó una oreja, hasta que dobló el que cerró plaza, aun cuando le sonaron dos avisos por tardar en matar Leo mostró una gran disposición y actitud, cubriendo los tres tercios en sus dos enemigos, toreando vistosamente de capa, colocando banderillas en ambos y realizando dos tarsteos llenos de valor y emoción, probablemente en momentos de atracó de toro, pero siempre con el afana de agradar al tendido.
Por su parte Antonio Lomelín no ha estado en su mejor tarde, le correspondió el lote menos manejable, aunado lo anterior a la poca actividad que ha visto en el año, sin embargo se mostró tesonero en los trasteos a sus dos enemigos, retirándose. Lomelín tuvo el buen detalle de brindar la muerte de su primer astado a los niños del “Palco Infantil”.
Por ahí nos vemos ENTRE EL CALLEJÓN Y EL TENDIDO si Dios lo permite.

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