PEDAZOS DE VIDA
Tuvieron una bronca y el “Mollejas” terminó en el hospital, terminó de que terminó, y hoy lo van a ir a sembrar. Él tenía la cabeza abierta, la sangre le escurrió por toda la cara, la Cruz Roja no lo quiso atender por qué no tenían dinero para pagar, así que lo llevaron al hospital y en el hospital fue donde ya no dejaron entrar a doña Jobita.
Cuando estaba entrando al hospital, ya la sangre que le había escurrido por la cara comenzaba a secarse, entró como a eso de las once de la noche, y según le dijeron a doña Jobita que no se podía hacer mucho puesto que la cabeza estaba muy inflamada, le pusieron suero y desinflamantes pero de momento no iban a hacer nada, en tanto estuvieran los análisis y los estudios, según dijeron los doctores.
Doña Jobita estaba muy mal, lloraba e imploraba que atendieran a su hijo, verlo en la camilla con la cara cubierta de sangre no había sido la mejor experiencia, ella hubiera querido limpiar siquiera con sus lágrimas y con su pañuelo la cara de su hijo, pero no podía, porque lueguito le dijeron que ya no podía estar más ahí, que tenía que salir. Con el corazón destrozado, ella se tuvo que ir y esperar, a la intemperie de la madrugada, que se escuchara por el altavoz el llamado para los familiares del Mollejas, sin embargo amaneció y el llamado no llegó ni con el alba.
De pronto a eso de las ocho de la mañana, le dieron la noticia, y de ahí los gritos y el terror, pobre de doña Jobita, en verdad que se convirtió de un rato a otro en un cuerpo que se vaciaba de lágrimas, que dejaba escapara lamentos, a momentos ya no podía ni gritar, se privaba muy feo, yo hasta pensé que le iba faltar el aire, y hasta dije “a ver si no se queda aquí”.
Entró en una camilla con la cara salpicada de sangre, entró respirando y ahí echó su último trago de aire, el mollejas no era malo, ahora todo dirán eso, pero ya es tarde, hoy lo vamos a sembrar, el Mollejas tuvo una bronca y fue la última en su vida, porque allá a donde vamos a ir a parar todos no se sabe si hay más broncas que aquí.
