#NOTA ESPECIAL
• De acuerdo con el último Censo de Población y Vivienda, en la Ciudad de México hay 483 mil personas con discapacidad, de las cuales, 60% tienen dificultades con la movilidad.
Amadeo Medina, diseñador industrial, recuerda que vio jugar al equipo de básquetbol de personas con discapacidad en Ciudad Universitaria. En una ocasión, a uno de los jugadores se le fue el balón al pasto. Amadeo corrió para pasarle la pelota y el basquetbolista le gritó: “No te preocupes, yo voy”, en ese momento el diseñador sólo pudo pensar en cómo le haría esa persona para pasar la silla por la hierba. Sorpresa: el atleta se aventó y con los brazos se empujó hasta llegar a la bola, después la tomó y volvió a su silla para seguir jugando.
Por su parte, a su esposa Vanessa Valencia, también diseñadora, le gustaba ver los juegos paralímpicos. Admiraba las habilidades y la fuerza que los deportistas tenían para sobresalir. Fue a partir de ese momento cuando surgió su interés por trabajar con personas con discapacidad.
De acuerdo con el último Censo de Población y Vivienda, en la Ciudad de México hay 483 mil personas con discapacidad, de las cuales, 60% tienen dificultades con la movilidad. A pesar de esto, la infraestructura vial de la CDMX no es apta para ellas.
Entre los principales problemas a los que se enfrentan estos ciudadanos son: la falta de transporte adaptado, pavimentación irregular de las calles y la falta de rampas. Con este contexto, los jóvenes realizaron una bicicleta desmontable para silla de ruedas que facilita el transporte de sus usuarios de una manera más cómoda, segura y rápida.
El concepto principal de la DT Bike, —Diseño para Todos (DT)—, busca que las personas “tengan accesibilidad al buen diseño y se sientan a gusto de tenerlo. Eso los dignifica, mejora su autoestima y no son la persona con discapacidad, es la persona con la bici chida”, asevera Vanessa.
Al terminar la universidad, la tesis de Amadeo participó en un concurso internacional llamado International Bicycle Design Competition (BDC) en Taiwán, donde presentó un concepto de modelo virtual y obtuvo una mención honorífica.
Por su parte, Vanessa comenzó a tomar cursos de emprendedurismo y realizó su tesis acerca de juegos incluyentes para espacios públicos, en la cual proponía juegos para que niños con y sin discapacidad pudieran divertirse juntos. Este proyecto ganó un concurso para mujeres diseñadoras.
Con el dinero obtenido de las competencias lograron comprar herramientas para iniciar su proyecto Ecotenka.
Al principio “nuestro mayor problema era tener muchas ideas. Queríamos hacer de todo: juegos, artículos con material reciclado, bicicletas, joyería. No podíamos sacar nada al mercado porque todos eran prototipos para nosotros”, menciona Vanessa.
Cuando decidieron enfocarse a crear bicicletas comenzaron a vender sus productos: bicis para vender cafés, en forma de estantes para libros, para llevar cine a zonas rurales, y su favorito: bicis omelettes, donde seis personas pedaleaban mientras un chef cocinaba, así quemaban calorías mientras las ingerían.
A pesar de que Ecotenka parecía una empresa en ascenso, había un proyecto inconcluso que generaba cosquillas en los emprendedores. Fue entonces cuando la DT Bike levantó la mano otra vez. Las personas con discapacidad necesitaban mayor infraestructura “no hay rampas en cada una de las banquetas, tienen que ir sobre el arroyo vehicular que, además, tiene baches. Debe haber una manera más sencilla y segura para que puedan transitar”, explica Amadeo.
El Gobierno de la CDMX en 2015 señaló que si se juntaran todos los baches de la Ciudad, se tendría una superficie de 2 millones 89 mil 968 metros. “Las personas que utilizan sillas de ruedas en muchas ocasiones deben recorrer distancias largas, es peligroso para ellos si sus llantitas se atoran”, detalla Vanessa.
Los primeros prototipos para la DT Bike, dice Amadeo, “eran unas cosas horrendas, eran monstruos Frankenstein”. Sin embargo, querían conocer la opinión de sus posibles clientes, así que asistieron al organismo de Integración al Desarrollo de las Personas con Discapacidad.
La reacción de la gente al ver la silla fue de desagrado y dijeron que era una bicicleta obsoleta. “Creo que esa experiencia ha sido de las más difíciles, pero no nos rendimos y seguimos trabajando. Les preguntamos lo que estaba mal y a las tres semanas regresábamos con cambios”.
Los números estaban en rojo, el dinero ahorrado se terminaba y la presión de su familia aumentaba. Sus papás querían que buscaran un trabajo real, “yo diario buscaba trabajo. Pero siempre había algo que nos decía sí se puede”, narra Vanessa.
En 2015, los jóvenes presentaron la DT Bike en una exposición hecha por el Museo Franz Mayer, donde la Secretaría de Medio Ambiente adquirió algunos modelos para incorporarlos a su programa Muévete en bici.
Después de esto, varias personas los contactaron porque querían tener su propia DT Bike, pero con ajustes. “Una señora nos pidió hacer separado el manubrio de la silla. Otra no quería que su sonda estuviera a la vista y le hicimos un aditamento”, recuerda Vanessa.
Desde cambiar el manubrio para usuarios con cuadriplejía hasta ajustar la altura, distancia, velocidad y color, Ecotenka decidió adaptar sus productos a las necesidades de sus clientes; algunos ocupan sus bicicletas para ejercitarse, mejorar su sistema cardiovascular y otros la usan para rehabilitarse.
La mayor gratificación para los jóvenes es encontrarse a sus clientes y escuchar historias de cómo la DT Bike ha mejorado su movilidad. Maricarmen Flores, quien sufrió una lesión medular hace cuatro años, cuenta: “Nunca creí volver a andar en bicicleta. La DT Bike me permitió vivir de nuevo esa sensación de autonomía. Incluso pude ir a la playa con mi bicicleta, sirve para todo tipo de terreno”.
Actualmente, los diseñadores quieren seguir generando alternativas de movilidad para que las autoridades se vean obligadas a crear infraestructura para todos, como en Japón, Canadá o Estados Unidos, donde el transporte es accesible para personas con discapacidad.
En la CDMX, el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro únicamente cuenta con 38 estaciones con elevadores, esto quiere decir que sólo 19% del Metro tiene este servicio.