LE DIERON DE PUÑALADAS EN EL BAR “PALAPA”

 Un sujeto seguido iba a tomarse unas copas en la Zona Plateada. Era muy tranquilo pero esta vez, lo sacaron de onda y se aventó un cayo con un broncudo; la bronca estaba pareja… de momento, el contrario echó mano a su cintura, sacó un puñal y se lo clavó varias veces a nuestro cuate, sacándole hasta el menudo. Varios lo vieron pero nadie le entró al ruedo porque sabían que al que lo había picado, le decían el “Matasiete”.

El muerto tenía 50 años, y dice un cantinero que se aventaba diario tres cubas y su pilón. Era un hombre que no hablaba con nadie, por eso le decían “el callado”. Pero ese fatal día creemos que se levantó con la pata izquierda. Ya se había empujado dos e iba por la tercera, en ese momento entró un hombre tipo gorila que se quedó mirando de arriba abajo a todos y les preguntó: “¿Quién de ustedes se quiere dar en la madre conmigo?”, nadie protesto.

El calado que era un hombre de paz, se salió del bar, eso molesto al brincado que lo pescó de la solapa de su camisa, y le soltó un madrazo en la nuca que lo hizo echar maromas. Le siguió patín y madrazo, ¡parece que al güey le daban cuerda!

Había un centenar de babosos pero nadie se atrevía a abrir el hocico hasta que una señora grande le gritó: “Ya no le pegue”. A la mujer le pasó una piedra que si no se agacha, le ocurre lo que al perico. Otro de los testigos se animó y desde lejos con su celular llamó al 911, pero mientras arribaban, llegó la Cruz Roja y sacó al herido de un charco de sangre.

Llegaron los policías y llamaron al Ministerio Público para que levantara la diligencia de ley, entraron al bar y le preguntaron al dueño sí sabía cómo se llamaba el muerto y cuáles fueron las últimas palabras; les contestó que lo conocía pero no sabía cómo se llamaba porque era mudo.

 

LOS ROBACAJEROS SE LA PELARON

Corrieron echando madres porque no pudieron robar un cajero automático, por más que lo jalaron no pudieron arrancarlo y se echaron a correr con las manos vacías.

Antes de que cantara el gallo, el miércoles pasado, un gran grupo jalaba un cajero automático que está en la sucursal bancaria de Santander, en la Plaza La Joya, de Pachuca la capital de los parquímetros y baches.

Llevaban lazos, reatas, cadenas… contaban a la de tres y jalaban al mismo tiempo con todas sus fuerzas, pero no pudieron a pesar de que se ponían coloraditos. Aunque si le dieron en la madre a donde estaba el cajero en agravio de  la empresa.

El reporte de la empresa fue de emergencia, y dijeron que después de las siete de la mañana cuando salieron los gendarmes de la feria, se presentaron a ver qué pasó. Minutos después se supo que los desconocidos no se llevaron nada. Pero se les pelaron por todos lados, ahí iban correteándolos los policías, parece que estaban jugando a los encantados.

El dueño del banco pide una investigación profunda y que analicen por medio de las grabaciones de circuito cerrado para dar con los culpables, porque con este son tres intentos que hacen en este mes.

 

LE QUIEREN VENDER CHILES AL VERDULERO.

Cada día en los diarios tratan de defender al diputado Charrez que se echó al plato a un taxista, y ahora que no saben quién fue. El único que tiene la palabra es el abuelito Obrador, porque le duela a quien le duela, él es el padre de todos, lo demostró en las elecciones, y si dicen que este es verde, aunque sea rojo será verde. ¡Así que mejor cállense!

Dice el gobernador Omar Fayad, que deberá solicitar desafuero de Cipriano en la Procu, y de resultar responsable el Diputado Federal de ese homicidio imprudencial, debe ser castigado. ¿Pero quién lo va a castigar? Solamente Obrador que resultó padre de todos.

Si hubiera sido de otro partido se los creo, pero fue de MORENA y a todo ese pueblo de nahuales, Cipriano siempre lo ha tenido bajo sus órdenes, por esta vez se le voltearon.

Según dicen que desde el seis de este mes hay detalles sin resolver de lo ocurrido en Ixmiquilpan, y en coro se dice que el que mató al taxista, fue el diputado de MORENA.

A pesar de que no se quieren los hermanos Charrez, Pascual, el presidente municipal del pueblo de Ixmiquilpan, para taparle el ojo al macho dijo a grito abierto y más fuerte que el 16 de septiembre, que él no defendería a su hermano, que si fuera culpable, que se lo amuelen.

El Martes pasado Charrez Pedraza, a quien ya le suda la cola, dijo en forma pública en San Lázaro mencionando tres puntos importantes: Primero, que él no manejaba la camioneta, segundo, no estaba borracho porque él no acostumbra tomar, y tercero, que no estaba ahí. Se escuchó una voz entre sus compañeros: “¡Ya sabemos con qué mamada ibas a salir!”.

Luego llegó el Ministerio Público de Ixmiquilpan, que siempre han sido sus paleros, y negaron su declaración por no existir carpetas en su contra (eso ya lo sabíamos); como cambian las cosas, porque la Procuraduría General de Judicial del Estado de Hidalgo ya había informado que había tres.

Todo el pueblo y nosotros conocemos qué clase de araña capulina es, y cómo compra a las autoridades para que no lo quitan el fuero y después lo metan al bote, sabemos también como les tienen miedo a los Charrez. Pese a todas las evidencias audiovisuales, material gráfico y varios testigos, hasta el momento no hay resolución clara en cuanto a la situación legal del diputado.

Una persona que declaró que él lo vio cuando salía corriendo de la camioneta, que chocó con el taxi, no aparece por ningún lado…

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