Tenangos, el sentir del artista hidalguense

SE EXPONEN EN LA FERIA DE SAN FRANCISCO 2018
    •    “Son los sentimientos a flor de piel, realmente en cada pieza que tu puedes observar, está el alma de esa persona que bordó eso que tú estás mirando”


En el pabellón artesanal que se encuentra en la Feria de San Francisco, se pueden admirar diferentes tipos de artesanías, desde el tallado de madera, pasando por la incrustación de la concha de abulón, sin embargo, si hay uno que distingue no solamente a la entidad, sino al país entero; los tenangos.
Como si de algo místico se tratase, y con una dosis de magia, Eugenia Barranco Miranda observa sus creaciones, los tenangos que ella y otros artesanos han bordado en diferentes superficies, innovadoras y tradicionales, y con un estilo particular que solamente el propio creador puede entender según lo que nos relata.
“Son los sentimientos a flor de piel del artista, realmente en cada pieza que tu puedes observar, está el alma de esa persona que bordó eso que tú estás mirando, no hay creaciones iguales porque todas son vivencias, relatos, historias que vienen desde la cabeza de su creador”, añade Barranco Miranda.
“El artista dibujante te muestra todo lo que hay a su alrededor, son sus vivencias diarias, son lo que pasa en su contexto, son sus cerros, sus animales, sus cuevas, sus colores, lo verde de los cerros, todo eso es lo que él transmite en su dibujo, para que el artesano bordador le de color a todo esto”.
Proveniente de la cabecera municipal de aquella demarcación tan popular entre los turistas por las piezas multicolor que allí se crean, doña Eugenia cuenta que esta tradición ya tiene cuatro generaciones produciendo ese tipo de artesanías, pues su abuela le enseñó a su madre, su madre a ella y ella a su hija. “Mi abuela nos mostró todo lo que se tenía que saber. Cómo bordar, con qué agujas hacerlo, y cual es la técnica en cada tipo de tela”, añade.
Orgullosa de sus creaciones, nos indica que todo es un trabajo de la imaginación y de la técnica que se emplee porque “hasta eso, hay que tener trucos para que no salgan mal las piezas”, al tiempo de señalar que en cada pieza ella pide a sus colaboradores que le pongan amor y mucho sentimiento.
De la misma manera, indica que es gratificante elaborar dichas creaciones en cualquier prenda que le pidan, pues la gente cuando va pasando por los stands mira fijamente los productos, pero cuando observa los tenangos que ella exhibe, se iluminan los rostros de los visitantes, “puedo percibir el brillo en su rostro” dice.
Cansada de que muchos de los artesanos realizaran una labor similar a la que ella realiza, buscó innovar para tener algo especial que ofrecer a todo aquel que pasa por su puesto al final del primer pasillo del pabellón, y ofrece tenis, zapatos, corbatas y nuevas piezas con un bordado que solo en su tierra realizan.
“Cuando vienen chicas o señores que me piden que les borde algo en su camisa, pantalón o tenis yo les comento que, con mucho gusto, pues es un placer para mí el compartir todo esto que he aprendido”, y dice “esto debe tener un toque particular que sea más como una distinción de nosotros.
Doña Eugenia dice que lo que más le gusta de lo que hace es que su hija se enorgullezca de ello, “ella va a la universidad, pero ve cualquier prenda bonita o alguna que le guste y me pregunta que si se la puede quedar, para presumirla con los que se rodea”, valorando aquellos sentires que solo el hidalguense puede presumir.

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