Trabajar con concha de abulón, arte que muy pocos dominan

TALENTO Y CREATIVIDAD HIDALGUENSE  
    •    A sus 80 años, don Santiago Pedraza Rosquero, expositor en la tradicional Feria de San Francisco, sigue con una arraigada tradición familiar

    •    Nativo de Ixmiquilpan, dice sentirse orgulloso de su labor, la cual ha desarrollado con gusto por más de cinco décadas


Cuestión de tradición o de necesidad, el trabajar con la concha de abulón es un arte que sólo pocos dominan y que tienen la paciencia para poder elaborar con dicho material, algunas obras que van desde hacer incrustaciones en diminutos violines, hasta crear murales que quepan en una mesa de centro.
    Don Santiago Pedraza Rosquero, nos recibe en su stand dentro del pabellón artesanal que se encuentra ubicado en las instalaciones de la Feria de San Francisco, y con la ayuda de un aparato para la audición, le avisan el objetivo de nuestra visita, “quieren saber más de su arte”, le avisan, y él responde con amabilidad.
    Pedraza Romero comienza platicando que la mesa que tiene en exposición lleva más de un mes y medio hacerla entre cuatro personas, pues se debe cortar con una segueta especial cada pieza que la va a adornar y que además se debe realizar con mucho cuidado, ya que en caso de que la pieza se rompa hay que volver a iniciar el proceso.
    Ixmiquilpense de corazón, el señor de más de 80 años continúa haciendo este tipo de artesanías y señalando que rescató esta tradición cuando ya era mayor, y fue a partir de la década de los 60´s cuando decidió dedicarle todo su tiempo a incrustar la concha de abulón en diferentes piezas como pasadores, pinzas, espejos, entre otros.
    De la misma manera, señala que durante el tiempo que hubo demanda en el producto, tuvo que contratar a varias personas y enseñarles las maneras para hacer las diferentes piezas, pero en cuanto aprendieron lo necesario se fueron para que ellos pudieran comercializar sus propias creaciones.
    “Ya hay muchos que se dedican a lo mismo, pero te aseguro que ninguno sabe el origen de trabajar esto”, comenta con voz temblorosa, y continúa diciendo, “esto se empezó porque antes se trabajaba con la concha nácar, pero una vez a mi abuelo se le terminó el material, y tuvo que irse caminando desde Ixmiquilpan hasta la Ciudad de México para conseguirlo, se tardó una semana en ir y regresar, y comenzó a hacer las cosas con la concha de abulón”, pregona.
    Don Jesús, originario de la comunidad de El Nith en aquel municipio, indica que decidió continuar con la elaboración de sus piezas con la concha de abulón, pues este material resultaba más llamativo para los compradores, “la concha nácar sólo es blanca, y el abulón tiene más colores y brilla más”, resalta.
    “Comencé realizando los instrumentitos, cuando tenía como 11 o 12 años, pero en general todo me gusta, todo lo que hago está bien”, dice con una voz baja y preparándose para sentarse en un banquito, y señala que todas las piezas cuestan trabajo hacerlas, motivo por el cual le da un valor a su trabajo.
    Señala que todo el material que utiliza lo piden desde Baja California Sur, pues aunque es cara dicha materia, resulta mejor, ya que este se distribuye en diferentes municipios por los que se ha regado este tipo de actividades, “ya hoy en día en Tecozautla y otros lugares se hacen artesanías así”, concluye.
    Sin celos por su trabajo, don Jesús comenta que aún conserva trabajos de su papá y de su abuelo, pero que esos no los lleva consigo por otras razones, además de que este arte se lo enseñó a su hijo para que de alguna manera se conserve la tradición dentro de su familia, “pero hoy y mañana descansa” dice.
    Poco a poco, se concentra en seguir cortando más piezas de su material para continuar con su trabajo, ese que por más de 50 años ha perdurado en su memoria, ese mismo que por más de tres generaciones se ha mantenido en su familia. Para continuar con el arte de trabajar con la concha de abulón.

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