Negros mexicanos

CINE DE HOY

De acuerdo a los censos del INEGI, existen en México, un poco más de uno por ciento de habitantes de origen negro, descendientes de los esclavos africanos que llegaron en tiempos de la colonia.
No conforman poblaciones ni culturas como tal, pero resultan un curioso fenómeno que llamó la atención del realizador Jorge Pérez Solano, quien imaginó una historia dramática al estilo de sus anteriores filmes, Espiral y la multipremiada La Tirisia.
En la población de Corralero, en las costas oaxaqueñas, vive el Neri, un robusto pescador que visita en el hospital a su esposa enferma, Juana, quien requiere de un trasplante de hígado.
Para sorpresa, la amante de Neri, Magdalena, quien tiene un restaurante a la orilla de la carretera, va a donar sangre cada semana, e incluso se ha ofrecido a darle parte de su hígado en un trasplante.
Pero ella se niega por orgullo. Está más preocupada por la deuda que le dejará a su hija, a causa de su enfermedad, con una comadre.
Ofrece las escrituras de su casa en prenda, pero la madrina pretende cobrarse en especie con la hija.
Pérez Solano atestigua los usos y costumbres de la comunidad, que ve con naturalidad como Neri se comporta como una especie de califa, que puede tener las mujeres que quiera aunque éstas le reclamen su proceder.
Resultan bastante entretenidos los testimonios de habitantes de localidad, que con gran desparpajo se confiesan “guapos y mujeriegos”, como una especie de macho mexicano al carbón.
La negrada resulta pues, una fascinante mirada sobre una comunidad poco conocida, a la que en los retenes militares se les obliga a cantar el himno nacional “pues no parecen mexicanos”.

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