“TRES SONETOS”

    •    Para Doña Silvia García de Alba, después de la ceremonia de entrega de la medalla Pedro María Anaya por el H. Congreso del Estado de Hidalgo


I
Una vida es la historia de un momento:
Síntesis, equilibrio, en el presente
Ante Dios, la familia y lo que siente
El corazón con su latir de viento.

Hasta Hidalgo, una mujer, su acento
De vigor y belleza sorprendente,
(Vino desde Jalisco, su simiente)
Trajo amor y trabajo en movimiento.

Esposa, madre, amiga…vocación
Por dar a los humildes de este suelo
Un mensaje de amor y de consuelo.
Silvia pone en la tierra corazón.
Ella es paloma que envuelve su vuelo
En alas de poema y de canción.

II
No puedo separar lo inseparable:
Silvia y Jorge son uno aquí, en lo interno
De Hidalgo, en primavera y en invierno.
Al margen del destino ineluctable.

Si es sincero el amor, es perdurable:
Silvia está aquí, con su cariño eterno:
Abrazo espiritual y sempiterno
Entre Hidalgo y su Hidalga más amable.

Ayer, cuando el espíritu de Anaya
Quebró su voz con lágrima furtiva,
Cual flama en un altar, llama votiva,
Fue detonante de emoción que estalla.
Le aplaudimos de pie, porque su ejemplo
Llenó de luces ese laico templo.

III
Una medalla mágica en tu vida
No es formal galardón de burocracia.
Es alma de tu pueblo; es una gracia
Que a su hija predilecta le convida.

Obra, pasión, esfuerzo… no se olvida.
Siembras el bien, combates la desgracia
Por tu palabra no habla la falacia.
Te sientes, por servir, agradecida.

Hidalgo te respeta, te valora…
Te quiere y necesita tu presencia:
Recibe mi homenaje ¡Gran Señora!
¡Que hable siempre tu voz de luchadora!
Tú, creadora de pueblos ¡Habla y canta!
No lleves el silencio en la garganta.

Prisciliano Gutiérrez
 agosto de 2018

 

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